México, D.F.-
Como la mayoría de sus amigos, Tabayara Maluenda quería ser futbolista, su pasión por el deporte lo llevó incluso a entrenar box en algunos gimnasios, pero un evento cambio su vida y camino para siempre.
“Juventino Fuentes Gasca que hace más de 20 años tomó aventura por Centro y Sudamérica, entonces en Perú y Chile y fui al rico a trabajar; era acróbata, hacia trampolín con sus hijos y ahí formé mi gusto y talento por los animales”, platica a EL UNIVERSAL el hoy entrenador de animales del Ringling Bros. and Barnum & Bailey que aprendió del mexicano.
“Juventino era el entrenador, le llevaba el fuete, le cerraba la reja y me decía que estuviera alrededor de los animales, que se veía me gustaba y los primeros que llevé fueron unos ponis, luego probé con camellos y evolucioné hasta llegar a los tigres”, añade.
El domador chileno sabe que México tiene tradición circense, por lo que presentarse en la ciudad de México del 23 de mayo al 3 de junio es un motivante.
“Es de mis grandes sueños a nivel circense, que se me de la oportunidad de llegar al lugar donde se da el mejor circo. Conozco a la familia Atayde, extraordinarios empresarios; a los hermanos Fuentes Gasca, reconocidos a nivel mundial y es una gran responsabilidad venir donde la gente sabe del espectáculo; venimos a demostrar que tenemos el mejor show”.
Después “Taba” conoció a otro mexicano, su nombre artístico es Johnny Lam, quien lo ingresó a las “grandes ligas”. “Él me llevó a Estados Unidos y me abrió la puerta para llegar hasta acá”, recuerda el artista, que tiene a su cargo la responsabilidad de 12 tigres, ocho elefantes y casi 20 caballos durante sus tres salidas en el espectáculo de 12 números y poco más de dos horas de duración.
– Hechos en México
Al igual que Taba, Alberto y Guillermo Fernández sintieron la inquietud de ser futbolistas, pero en su sangre corría el amor por el circo, que heredaron de sus padres.
“Mi papá tuvo la suerte de que al circo que entró tenían el aparato ‘La ruda de la muerte’, y a él y a mi tío les ofrecieron ensayar y lo tomaron como un juego, por su habilidad se convirtieron en una de las grandes atracciones”, relata Alberto que a la edad de 11 años hizo la misma suerte a escondidas de su padre, quien al descubrirlo en vez de regañarlo se percató que tenía aptitudes para ello.
Para Memo fue todo más sencillo, porque sus padres ya no sentían temor de que sufriera algún percance, así que comenzó a ensayar a los 13 años. “Él debutó el día de su cumpleaños 14 haciendo un acto que solo hacen los profesionales con mucho camino recorrido, fue el acto mortal por fuera del péndulo, que sólo dos personas en el mundo lo hacen, un colombiano y mi hermano”, contó Beto, quien mantiene su pasión por el fútbol, que los ayuda a estar en forma.
“En México se está haciendo tradicional hacer un torneo de futbol, entre circos y a nosotros nos ha tocado participar dos veces en México. En Estados Unidos tenemos en el circo de puros latinos y hasta ahorita nadie nos ha ganado, estamos invictos”, finalizó.
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