México, D.F.-
Más allá de los guiones cinematográficos por los que es conocido Carlos Fuentes en el ambiente artístico, también tomó notoriedad por su matrimonio con Rita Macedo, a quien, cuentan las crónicas de la época, acompañaba cuando ella filmó “Nazarín”, del cineasta Luis Buñuel.
En 1958 se casó con la actriz, estrella del cine nacional, y juntos fueron recordados en sus cuatro años de matrimonio por las fiestas que daban en su casa, ubicada en la segunda privada de Galeana, en San Ángel, donde se daba cita la gama actoral e intelectual de aquel entonces.
Julissa, hija de Macedo, recuerda los días al lado del escritor y lamentó la muerte de quien definió como “mi hermano mayor”.
“Él es una persona muy importante en mi vida y me influenció mucho. Fueron muchos años de cariño y recuerdo puras cosas buenas de él. qué le vamos a hacer”, dijo la actriz en entrevista con EL UNIVERSAL, quien esperaba la llamada de su hermana Cecilia, para saber detalles sobre los funerales del intelectual.
La productora era una adolescente cuando su madre vivió con Fuentes, a quien admiró.
“No lo veía como mi papá, sino como un hermano mayor. Me convertí en su admiradora por su inteligencia y su sentido del humor, y él me apoyó en mi debut como actriz”, recordó Julissa, quien filmó entre 1966 y 1967 la película “Los Caifanes”, largometraje cuyo guión es de la pluma de Carlos Fuentes y Juan Ibáñez.
En 1962 Rita se embarazó de Cecilia, fue de alto riesgo, por lo que no pudo filmar más que un par de escenas de “El ángel exterminador”. Luis Buñuel, el director de la cinta, apodó a la bebé “La Fuentecita”, en honor a su padre. El novelista describió la sensación de tener al fruto de su relación con la actriz por primera vez en su libro “En esto creo”.
“…Al abrazarla por primera vez yo sentí que mi cuerpo y el de ella se expresaban libremente. Padre e hija distintos, pero ambos dueños, gracias a la hermosura de un instante”, dedicó sobre su hija.
Ocaso de un amor
La historia de amor entre Macedo y Fuentes cedió ante la intensa actividad artística de ambos. Mientras él se dedicaba a labores propias de la diplomacia y a escribir a ritmo fulgurante, ella dedicaba su vida a sus hijos y a continuar su carrera actoral.
Ambos decidieron vivir en Londres, pero Carlos debía cambiar su residencia, hecho que definió la firma del divorcio en 1969.
“Habían tomado un departamento en Londres y después concluyeron su ciclo; el porqué es asunto de ellos”, contó Julissa en una entrevista.
Ambos continuaron sus carreras por separado con el recuerdo de aquellas largas fiestas en las que se daba cita lo personajes más reconocidos del mundo del espectáculo, la política y la cultura de la época. La actriz fue diagnosticada con cáncer, pero decidió quitarse la vida en 1993.
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