México, D.F. / Octubre 27.-
La fortaleza veracruzana de San Juan de Ulúa, se podrá ver desde el puerto, con el nuevo sistema de iluminación que ya se instala y que será inaugurado a mediados del 2012, dijo el arquitecto Gustavo Avilés, quien detalló el plan maestro de este proyecto lumínico, al participar en el X Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos.
Precisó Avilés que “vivimos una arquitectura de 12 horas, a veces de 18, porque cuando la ciudad queda oscura los monumentos se pierden de vista, pasan al olvido”, por lo que mencionó que no es entendible disfrutar de una “arquitectura de mediodía”, en tanto que la noche es parte fundamental del cotidiano de una ciudad.
Durante su participación en el segundo día de sesiones del X Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos, el arquitecto, reconocido internacionalmente como uno de los 10 mejores diseñadores de iluminación del mundo, detalló que el proyecto que dará luz a la fortaleza de San Juan de Ulúa está a punto de comenzar en su fase relativa a las pruebas de luz, en la que se definirán los detalles que deban modificarse.
En el foro académico, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Centro Cultural de España en México, el arquitecto Avilés explicó que el concepto del proyecto lumínico para este emblemático monumento histórico veracruzano, evoca al coral, las grandes argamasas vencidas por el tiempo, la salinidad; y busca recuperar el espíritu militar, histórico y de misterio que encierra el edificio colonial.
Hasta el momento se lleva 60% de adelanto en la restauración del edificio, en tanto que de las instalaciones para la iluminación están listas todas las canalizaciones pero falta el equipamiento, lo que continuará junto con las pruebas físicas de luz.
En tanto, Salvador Aceves, asesor del INAH en materia de Monumentos Históricos, dijo que con el nuevo sistema de luminarias, el muro de las argollas —la parte más emblemática y antigua de la fortificación— y los baluartes de San Crispín y San Pedro, que limitan el muro, se podrán apreciar de noche desde el puerto, en tanto que actualmente se pierden en la oscuridad, entre las grúas y las instalaciones marítimas de los astilleros.
Para realizar esta iluminación, especificó Aceves que se procura una iluminación sutil; probablemente se elija de refracción, es decir, que se hará a través de proyectores que den al mar y el agua refleje la luz a la edificación, con una paleta en tonos coralinos semejantes a la piedra muca (propia del mar).
Este proyecto, que se realiza en conjunción y bajo supervisión del INAH, abundó, busca también rescatar los diferentes momentos históricos del inmueble, desde su uso como instalación marítima, prisión, fortaleza, sede de gobierno y residencia de Venustiano Carranza; cada área con efectos particulares de acuerdo con cada etapa.
Aceves informó que esta iniciativa de iluminación se trabaja de manera paralela a la restauración arquitectónica del monumento, con la finalidad de dejar ductos y canalizaciones adecuados, conforme al plan de conservación del inmueble.
Recordó que San Juan de Ulúa es sometido a un proyecto de restauración de largo plazo, cuyo objetivo inicial fue mantener en pie el edificio que tenía daños estructurales, provocados principalmente por el drenado del canal de navegación.
“Es una obra de ingeniería altamente especializada, con un sistema de comunicación que lleva el agua a la represa con una bomba muy poderosa, como las que usan en los canales de navegación”.
Para la iluminación de San Juan de Ulúa, el INAH hizo una selección entre distintos especialistas y se eligió al arquitecto Gustavo Avilés, quien ha hecho iluminaciones de excelencia, como las del Centro Histórico de San Luis Potosí y la parroquia de Santa Prisca, en Taxco, con soluciones óptimas técnicamente, pero también con creatividad y sensibilidad artística, destacó Salvador Aceves.
Los otros proyectos comentados por Gustavo Avilés en el X Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos, fueron los de la ciudad de San Luis Potosí, que en 2006 fue reconocida como Ciudad Luz por la Comunidad Internacional de Iluminación Urbana (LUCI por sus siglas en inglés), de Lyon, Francia; y el de Taxco de Alarcón, en Guerrero, previsto para desarrollarse en tres años —bajo la supervisión del INAH—, y del cual concluyó la primera etapa que contempló el Templo de Santa Prisca.
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