México, D.F. / Octubre 26.-
Terrence Malick, Milos Forman, Terry Gilliam, Roman Polanski y Arturo Ripstein (y en su momento Stanley Kubrick) comparten un patrón: son cineastas prestigiados, sus películas recorren festivales acumulando premios y gozan de todo, menos de popularidad por decisión propia.
En realidad, sus personalidades se conocen a partir de la descripción de sus actores y compañeros de trabajo.
Considerados algunos como cineastas de culto, el más basto en su obra es Ripstein, con 56, y quien tras un polémico paso por San Sebastián por no haber obtenido la Concha de Oro, abrirá la Muestra Internacional de Cine 2011, el 3 de noviembre, con su película “Las razones del corazón”, que aún no se estrena comercialmente en México.
“Es un director muy comprometido con lo que hace. Durante el rodaje hubo regaño de él, dijo que ya entendió que él debe resolver los problemas y no crearlos. Y la verdad es que es una persona muy amorosa”, Roberto Siesto, productor de “Las razones del corazón”.
La muestra de cine abriría originalmente con “El árbol de la vida”, protagonizada por Brad Pitt, Sean Penn y Jessica Chastain, y ganadora de la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes, pero la historia tendrá que conformarse con su corrida comercial.
Al igual que “Las razones…”, esta historia volvió a poner bajo lupa la personalidad de uno de los directores más enigmáticos de la actualidad. Malick, un hombre que a sus 67 años de edad y cuatro décadas de carrera cinematográfica, sólo ha realizado cinco películas, contando ésta. Cinco filmes que le han bastado para convertirse en leyenda y ponerlo también como a un artista inalcanzable.
“Nada más lejano a la realidad”, asegura Brad Pitt, “Terrence es un hombre de lo más normal, bromista, al que le encanta la gente y las conversaciones y un gran deportista. Era fácil verlo jugar a la pelota con la gente del equipo y créeme, es de lo más competitivo. Algo alucinante. Puede ser la persona más dulce y amable en el set, pero pon una pelota entre sus pies y se transforma”, comentó sobre Malick, quien puede darse el lujo de tener cláusulas en sus contratos para evitar posar para fotografías y si lo desea, también puede escabullirse de la prensa.
La estrella hollywoodense menciona que este tipo de cineastas han cambiado su forma de apreciar el cine.
“Terrence es uno de los mejores directores con los que he trabajado en mi vida. Él cambió todo el sentido de los proyectos que desde entonces elijo y la forma de abordarlos. Malick realiza cine con una frescura increíble, sin prisas y sin más preocupación que la de lograr capturar la belleza de las cosas. Predomina la libertad, le gusta capturar los detalles fortuitos y provocarlos. Algo muy diferente a la forma de hacer cine en Hollywood”, explicó Pitt.
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