Monterrey, N.L. / Octubre 23.-
Jonathan Orozco, debido a una lesión que arrastró durante toda la semana, fue confirmado en la alineación rayada hasta el último minuto, pero su presencia fue clave para que el Monterrey guardara el empate a cero en contra de los Tigres, en una edición desangelada del clásico regio.
Orozco luchó en contra de un Volcán, un estadio Universitario volcado en su contra, cada vez que tomaba la pelota el portero era abucheado, a lo que él contestó con atajadas de todo tipo, siendo pieza clave para que su equipo no saliera derrotado.
Y es que Tigres fue el que dominó de principio a fin, bajo su estilo, en el cual no hay que arriesgar más que en el área rival.
Los dirigidos por Ricardo Ferretti probaron de todos lados al portero rival y en todas las ocasiones Orozco respondió ya sea con grandes lances, o con gran ubicación a los disparos o remates con la cabeza.
Rayados poco hizo al frente. Es por demás, por más que se esfuerzan los pupilos de Víctor Vucetich, las cosas no le salen. Se ve un cuadro desconfiado, sin querer dar un pase o un regate de más, por miedo a fallar y que esta falla cueste el partido.
Sus individualidades no hacen ya la diferencia. Humberto Suazo se ve cansado, sin la injerencia en el juego que tenía en el pasado, en tanto que César Delgado ofrece entrega, pero poca genialidad, y Neri Cardozo pasó de noche.
Ambos equipos terminaron por neutralizarse, dejando insatisfechos a los fanáticos que llenaron el estadio Universitario.
Tigres arribó a 22 unidades, lo que lo tiene entre los primeros lugares del torneo, en tanto que Rayados se quedó con sólo 18, lo que no le alcanza aún para meterse entre los ocho equipos que califican a las finales.
El juego terminó y Jonathan Orozco miró retadoramente a la tribuna. Los insultos llegaban de todas partes, pero él no los escuchaba, reía por dentro, pues aunque su equipo salió con un empate, él triunfó.
No cabe duda que Jonathan venció al Volcán.
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