México, D.F. / Octubre 20.-
Apretó los puños en los últimos metros. Con las fuerzas casi al límite, Patrick Loliger dirigió su nave a la meta y dio el extra.
Temblando, con la piel mermada por el sol cayendo a plomo, el remero consiguió la plata en la prueba de un par de remos cortos de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011.
“Me siento feliz, siempre supe que era capaz de ganar una medalla e incluso estuve muy cerca de llevarme el oro. Me motiva que me enfrenté a algunos de los mejores del mundo y pude pelear al tú por tú”, dijo Loliger, cuarto en Río de Janeiro 2007.
El de Patrick fue un logro histórico para el país, pues la última vez que se cosechó un metal en su especialidad fue en 1991 cuando Joaquín Gómez se coronó campeón panamericano en La Habana, Cuba.
De rubia cabellera y expresivos ojos verdes, Patrick tiene raíces suizas pero corazón mexicano. Y aunque su padre intentó por muchos años inducirlo al boxeo, pesó más su pasión por la aventura y los deportes al aire libre.
“Muchos habían perdido la esperanza en el remo, pensaban que las medallas que ganábamos eran por casualidad. Con los resultados en los Juegos demostramos que, pese a no ser un deporte tan popular, damos la cara por el país. Estoy orgulloso de pertenecer a una disciplina que va en ascenso”.
Loliger inició fuerte la competencia e incluso, por algunos metros estuvo en primer lugar. Sin embargo, el sprint del remero cubano fue insuperable y tuvo que quedarse con la plata (7:05.28m). Una medalla que cayó como un bálsamo a la delegación tricolor en una jornada con escasas alegrías.
La medalla de oro fue para Angel Fournier de Cuba, quien detuvo el reloj en 7:02.94. El bronce se lo llevó Emilio Torres de Venezuela con 7:07.03.
Todo valió la pena. Levantarse a las cinco de la mañana para entrenar, tomarse apenas unos minutos antes de ir a la universidad y, por la tarde, regresar a las prácticas.
“Si, es un esfuerzo de todos los días. Como atleta de alto rendimiento son pocas las veces que tienes vacaciones o salidas nocturnas. La exigencia que tenemos es bastante pero lo hacemos por México y para ser mejores personas”.
Días intensos ha vivido el seleccionado pues ayer, fue testigo del oro conseguido por su novia, la también remera Analicia Ramírez. La felicidad es total y se le nota en la perfecta sonrisa que no desaparece de su rostro.
“Ella ha sido un gran impulso para mí. Cada uno nos decimos nuestros errores y nos apoyamos para crecer como atletas. Es maravilloso tener a tu lado a una persona que te complementa y con la cual puedas compartir tus éxitos y fracasos ”.
La última jornada del remo en los Panamericanos causó un alboroto. Cientos de aficionados se abarrotaron para contemplar las finales o en busca de algún boleto. La demanda fue tanta, que incluso se permitió la entrada gratuita a algunas personas.
Vestidos aún con el uniforme escolar, cientos de estudiantes asistieron a la pista de remo y canotaje que pese a los retrasos en su construcción, dejó satisfechos a los participantes.
En la prueba de cuatro pares de remos cortos femenil, México fue sexto.
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