Guadalajara, Jal. / Octubre 21.-
Nadie mejor que él para provocar la erupción del volcán tapatío. Jorge Enríquez aún disfruta el gol que dio a la Selección Mexicana su primera victoria en estos Juegos Panamericanos, anotación mágica, como si se tratara del final de una película.
El “Chatón” la protagonizó con una destacada actuación. Relegado a la banca por Luis Fernando Tena, entró al terreno de juego como solución defensiva, pero acaparó reflectores con su inverosímil definición.
Clímax de la cinta. El chico que juega en el Guadalajara desató la algarabía, justo sobre la cancha que conoce a la perfección.
“Es una emoción muy bonita. Me siento en casa y percibo el cariño de mi gente”, admite el contención, previo a sonreír. “Gracias a Dios, tuve la oportunidad de anotar en ese partido tan bonito”.
Y de suma importancia para un equipo con reducido margen de error. Cuando la esperanza se esfumaba, el bajacaliforniano se encontró con aquel balón que terminó en el fondo del marco ecuatoriano.
Gol dedicado “a mi familia, novia y a toda la gente que fue a apoyarnos. Queremos que las cosas nos salgan bien en estos Panamericanos y ojalá podamos seguir así”.
Fue la estrella del filme, pese a que se aferra a considerar que sólo desempeñó un papel secundario. La ovación que le regaló la multitud confirma su estatus de figura en una trama que tuvo de todo: terror, suspenso, drama y, como suele ser, final feliz.
“No considero que haya sido yo (el héroe), fue el equipo”, ataja. “Fue una jugada fortuita, pero se trabajó bien el partido, tuvimos muchas llegadas. En algunos momentos nos desesperamos porque no entraba, pero con base a la posesión (del esférico) se dio el resultado”.
Primero de los cinco que el Tricolor debe tener para cumplir la promesa de adjudicarse la medalla de oro. Nadie mejor que Jorge para protagonizarlo.
(21/oct/2011)
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