Morelia, Mich. / Octubre 19.-
Plutarco Haza jamás supo que estaba filmando una cinta de humor negro, mientras se encontraba en el set de “Las razones del corazón”, dirigida por Arturo Ripstein. En ella el actor interpreta a un hombre cuya esposa (Arcelia Ramírez) lo engaña con otra persona y descuida a la pequeña hija de ambos.
Se trata de una adaptación libre de “Madame Bovary”, de Gustave Flaubert, que causó conmoción en el siglo XIX, cuando se publicó, al mostrar a una mujer liberal para la época.
“Lo que me sorprende cuando la veo con cualquier audiencia es que honestamente se logra ver ese humor, pero nunca se habló de eso en el rodaje. El humor estaba en el ojo del director y la pluma de la guionista (Paz Alicia Garciadiego) yo estaba metido en el drama del personaje, sufría con él y todos los demás se reían”, recordó Haza.
“Las razones del corazón”, que tuvo una función especial en el marco del festival de cine en la capital michoacana, contiene diálogos como el sostenido entre el personaje de Haza y el amante (Vladimir Cruz), cuando se conocen, causando la hilaridad del público.
O el dicho cuando el matrimonio discute por unas vacaciones.
El filme está hecho a base de varios planos secuencia, que fueron disfrutados por Arcelia, a quien Ripstein (‘El lugar sin límites’ y ‘El castillo de la pureza’) pidió no memorizar el texto. “Lo pidió hasta que llegáramos a la mesa de trabajo previa, pero no hubo momentos para la improvisación, todo lo que estaba en el guión es dicho en la película”, expresó la protagonista de “Así es la vida” y “La mujer de Benjamín”.
“Para los que tenemos formación teatral, es gozoso, es hacer una escena sin cortes y queda completa”, dice.
“Las razones del corazón” formó parte de la competencia oficial del reciente festival de San Sebastián, pero en Morelia no pudo acceder porque sólo participan primeras y segundas películas de los directores.
Es producida por Roberto Fiesco (‘Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás dejarás de ser amor’), quien conoció hace años a Ripstein cuando éste filmó en su casa “La mujer del puerto” (1991). Ripstein le demostró que ya estaba lejos ese ogro cinematográfico que cuenta la leyenda. “Cuando comenzamos le pedí que por favor no me regañara (risas) y nunca lo hizo. Nunca había conocido a ningún director que diera las gracias a quien estaba en el set y por participar, cada día en la película. Su máxima fue decir que ya había entendido que debía resolver problemas y no crear nuevos”, recordó Fiesco. La cinta está buscando distribuidor en México, para su estreno comercial.
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