Matamoros, Tamps.-
David Morales Vélez, integrante del Cabildo de Matamoros, denunció que la regidora Marcela Hernández Enríquez, quien preside la comisión de Limpieza Pública, avala los tiraderos clandestinos, ya que cuenta con una flotilla de carretones para otorgar el servicio de recolección de basura, mismos que renta a diversas personas para que los operen durante el día.
Hace unas semanas Morales Vélez denunció en sesión de cabildo la aparición de basureros irregulares en colonias del sur de la ciudad, demostrando que los carretoneros fueron los que propiciaron dicha problemática ambiental. Aunque pidió que se les cancelara el permiso, su iniciativa fue desechada por los regidores priistas, entre ellos, la regidora Marcela Hernández Enríquez.
“Los propios carretoneros me han informado que son de la regidora Marcela Hernández. No me han dicho la cantidad, pero hay una renta de por medio. Desde el momento que un regidor tiene un negocio de carretones en automático está avalando los basureros clandestinos”, dijo.
El entrevistado externó que lo incongruente es que ella es la presidenta de la comisión de Limpieza Pública en el cabildo local. En ese sentido, informó que son alrededor de 120 carretoneros que operan de manera ilegal, solapados por la autoridad.
El regidor pronunció que pese a la denuncia que hizo, el cabildo, integrado en su mayoría por personas emanadas del PRI, no han querido revocar los permisos. Señaló que mientras no se haga lo correspondiente, la aparición de basureros clandestinos seguirá presentando en los diversos sectores de la localidad.
No han iniciado los trabajos de limpieza
Por otro lado, aunque se anunció que las dependencias operativas comenzarían a sanear los predios donde se han depositado desechos de manera ilegal, aun no se han iniciado las labores.
Morales Vélez refirió que la administración necesita por los menos 30 camiones para llevar retirar la basura, entre otro equipamiento. Dijo que se estima un periodo de 2 meses para solucionar el problema.
El regidor sostuvo que los trabajos ni siquiera han empezado, pese a que los habitantes de los alrededores están bajo riesgo sanitario.
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