México, D.F.-
Hacía tanto que no encaraban un segundo capítulo con tal ventaja que prefieren ser cautos, por más que el 3-1 obtenido en el estadio Hidalgo luzca definitivo.
Las Águilas están a 90 minutos de sortear la primera etapa de la Liguilla, lo que sólo lograron una vez en los más recientes cinco años… Y ante su ahora ex hermano San Luis (cuartos de final, Apertura 2010).
Es por eso que el discurso se distingue por la mesura, sin importar que el Pachuca jamás haya derrotado al América, en el estadio Azteca, por más de dos goles de diferencia. Mañana sábado necesita hacerlo por tres.
“Estamos con mucha prudencia. Nada más se han jugado 90 minutos; faltan otros 90”, sentencia Ricardo Peláez, presidente deportivo del club, vía telefónica. “En los partidos de alto nivel, en la Liguilla, puede suceder cualquier cosa: distracciones, errores, aciertos, así es que estamos muy metidos, concentrados”.
“Queremos hacer un buen partido, jugar con determinación, concentración y tratar de dar un paso hacia adelante, pero siempre con mucho respeto hacia el rival, que tiene muy buenos jugadores y está bien dirigido”, señala.
Los azulcrema no ganaban un partido de ida, en fase final, desde el 17 de mayo de 2007. Aquella noche se impusieron al Guadalajara (1-0), dentro de las semifinales.
Ninguno de los futbolistas que participaron en ese Clásico de clásicos permanece en la institución.
Desde entonces, y hasta antes del cotejo inicial de la actual serie contra los hidalguenses, sumaron seis primeros episodios sin triunfo (dos empates y cuatro derrotas).
La resurrección en Liguillas se dio acompañada de buen futbol, lo que genera beneplácito en Peláez.
“Hemos venido mejorando en ese aspecto. De repente teníamos lapsos buenos, otros no tanto”, recuerda. “Afortunadamente, se han alargado los buenos y eso es importante en una etapa como ésta, pero siempre trabajando con lo mismo que ofrecimos desde el principio: ilusión, compromiso y, sobre todo, mucho esfuerzo”.
El golpe asestado en el Huracán parece definitivo, pero la cúpula águila sueña con otra exhibición.
“Esperemos que la gente nos siga acompañando, como lo ha hecho en prácticamente toda la temporada”, anhela el directivo. “Hemos llenado todos los estadios de visitante y, como locales, hemos ido mejorando ostensiblemente. A tal grado que se llenó el Estadio Azteca en el último partido, contra Cruz Azul”.
Estampa que podría repetirse, debido a esa alegría que el pueblo azulcrema no experimentaba desde hace un lustro.
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