Guadalajara, Jal.-
Los últimos detalles se afinan con prisa. Pero eso no resta precisión. Decenas de trabajadores van de un lado a otro. Se colocan ya las sillas de primeras filas.
El escenario está listo. Impresiona con sus 32 metros de largo y 28 de alto. Pero algo falta. Las pantallas están preparadas. Una, la más grande, descansa al fondo del escenario. Dos más, a los costados, aguardan el momento de llevar a cada asistente los pormenores de lo que ahí ocurra. Luce, sí. Pero una pieza sigue ausente.
El escenario del estadio Omnilife sólo estará completo este sábado por la noche, cuando sir Paul McCartney ilumine con su presencia el inmenso espacio que sólo él puede ocupar. El inglés arriba así a México con su gira “On the run” y se presenta por primera vez en Guadalajara.
La pirotecnia que se ha preparado; los inmensos juegos de luces; el moderno equipo de sonido. Todo queda de lado. La mano izquierda del ex Beatle tocando la guitarra es suficiente para darle vida a un estadio que se llenará por primera vez en un evento musical.
Para comprender la trascendencia de McCartney basta con revisar su edad: 69 años y tan vigente como hace medio siglo con el cuarteto de Liverpool. Ha sabido adquirir, de la música, el don de la eternidad. Por eso agota entradas en estadios, casi siete décadas después de su nacimiento.
La gira toca suelo mexicano luego de terminar la etapa sudamericana, en Uruguay, Paraguay, Colombia y Brasil. Después de Guadalajara, se trasladará a la capital del país para dos recitales más: el 8 de mayo en el estadio Azteca y dos días después en el Zócalo del DF.
Éxitos como solista y con la banda Wings, pero sobre todo un amplio repertorio de melodías de The Beatles componen el show de McCartney, que supera las 35 canciones por concierto. Conocedores de ellos, los tapatíos han respondido ante la presencia de Sir Paul y este sábado se prevé un Omnilife repleto.
La tarde de este sábado, horas antes del concierto, tendrá una convivencia con seguidores tapatíos, cuando realice, ya sobre el escenario, las pruebas de sonido. Cuando se trata de Paul McCartney se espera de todo: niños, jóvenes o adultos.
Es virtud del arte trascender generaciones. Su música no tiene tiempo. Tampoco espacio. Por eso, donde quiera que se pare, surge la expectación por ver a una leyenda viva.
– Los últimos boletos
Hasta ayer viernes, los organizadores del concierto reportaban 98 por ciento del boletaje vendido. Se pusieron a disposición 38 mil entradas. Por primera vez en la corta vida del estadio Omnilife, el escenario no fue ubicado en medio campo. Al tratarse de Paul McCartney, por lo que su presencia significa, se colocó al fondo, en la portería sur del inmueble.
Así, la capacidad del inmueble se extendió al máximo para un evento musical. Todavía ayer, las taquillas del estadio de Chivas se abrieron para ofertar las últimas entradas. Fueron pocos los seguidores que acudieron. La mayoría de las entradas se vendieron por internet.
– El flujo de personas fue bajo.
Muchos de ellos portaban camisetas de The Beatles.
Y todos compartían una cosa en común: al abandonar la taquilla, con boletos en manos, dejaban escapar la misma sonrisa.
La llamada “Perla Tapatía” está lista. Paul McCartney la iluminará con su presencia, en un concierto que promete ser memorable en el casi nuevo estadio Omnilife.
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