Guadalajara, Jal. / Octubre 13.-
Tan pronto cruzan el umbral de la puerta que conecta con la calle, los vítores aparecen. Son recibidas como auténticas princesas en las que se tiene la esperanza de ganar la medalla de oro que otorga el futbol.
La Selección femenil llega a la sede de los XVI Juegos Panamericanos con la convicción de alcanzar lo más alto del podio. La capitana y líder moral, Maribel Domínguez, es quien levanta la voz.
“Tenemos una buena Selección, muy joven, pero con gran experiencia. Hemos trabajado bastante bien y estar en casa nos motiva bastante”, comparte Marigol, quien debutará en una justa continental. “Esperemos estar entre los cuatro equipos que van a pelear por los distintos metales”.
Misión para la que el aliento del público será determinante. Saben que el estadio Omnilife ha padecido bajas entradas, pero sueñan con ser el revulsivo que llene la moderna casa del balompié panamericano.
“Es una oportunidad para mostrarnos ante toda nuestra gente y tenemos muchas ganas de poner en el terreno de juego a un equipo que siempre tenga actitud competitiva y busque el marco de enfrente”, explica el estratega del combinado, Roberto Medina. “El ser local no debe convertirse en una presión”.
La euforia del grupo es tan grande que contagia al chofer del autobús que las conduce a la villa panamericana, el cual arranca sin el cobijo del convoy policiaco que le corresponde. Las patrullas tienen que apresurarse para alcanzarlo.
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