Naciones Unidas.-
La violenta represión de las manifestaciones civiles en Siria ha causado la muerte de siete mil 500 personas desde marzo de 2011, informó hoy el secretario general adjunto de la ONU para asuntos políticos, Lynn Pascoe.
En un informe ante el Consejo de Seguridad, el funcionario reveló el nuevo cálculo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que había estimado que durante 2011 perdieron la vida por la violencia en Siria unas cinco mil 400 personas.
“Aunque no podemos dar un dato exacto de los muertos, hay informaciones creíbles de que la cantidad diaria excede al centenar de civiles, incluidos muchas mujeres y niños. El total de asesinatos hasta el momento ciertamente supera los siete mil 500”, indicó.
El funcionario expresó que la comunidad internacional falla en su tarea de detener la masacre y que la inmovilidad mundial alentó al gobierno sirio a continuar la represión con impunidad.
El informe también asentó que la escalada violenta del gobierno sirio provocó que las “fuerzas mayoritariamente pacíficas de la oposición” comenzaran a armarse, aunque aún su poder de fuego es mínimo comparado con el del régimen.
Sostuvo que “extremistas” de la oposición cometieron “actos terroristas”, en especial en las ciudades de Damasco y Alepo.
Pascoe expresó que el desplazamiento de personas también se incrementó en Siria, ya que unas 25 mil personas se refugiaron en varios países vecinos, mientras que entre 100 mil y 200 mil personas fueron deplazadas dentro de Siria.
Denunció que las condiciones humanitarias en las ciudades más afectadas por la violencia son críticas, pues no cuentan con electricidad o agua potable, además de la escasez en los servicios médicos y los alimentos.
El funcionario de la ONU expuso que en la ciudad de Homs, que entró en la cuarta semana de sitio por parte de las fuerzas oficiales, las autoridades no permiten la evacuación de al menos cinco mil civiles.
Pascoe también informó que Kofi Annan, el recién nombrado enviado conjunto de la Liga Árabes y de la ONU para Siria, llegará mañana miércoles a Nueva York para reunirse con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, manifestó por su parte en Ginebra que está “horrorizada” por la violencia en Siria y pidió un cese el fuego humanitario.
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