México, D.F. / Julio 20.-
Un nuevo estudio sobre el “Códice de Jilotepec”, ubica su creación en el siglo XVIII y no en el XVI como se pensaba, el documento está escrito en castellano y hace referencia a los gobernantes otomíes antes de la conquista española.
Tal investigación ha sido editada junto con la versión facsimilar de este texto antiguo que constituye una valiosa herramienta para ampliar el conocimiento sobre la historia de los grupos ñhañhu, en este caso de los del noroeste del Estado de México, destaca un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Coeditado por el INAH y el Colegio Mexiquense, el estudio realizado bajo la coordinación de Rosa Brambila, especialista de la Dirección de Etnohistoria del INAH, reúne diversos análisis como el lingüístico de María Elena Villegas; el diplomático y paleográfico de Alejandra Medina; el histórico y comparativo con otros documentos de la región otomiana, de la arqueóloga Ana María Crespo, y el pictográfico, a cargo de Brambila.
El libro “Códice de Jilotepec. Rescate de una historia” es resultado de varios años de estudio; el documento pictográfico de origen colonial, resguardado en el municipio de Jilotepec de Molina Enríquez, en el Estado de México, fue estudiado antes por especialistas como Ángel María Garibay, Antonio Huitrón Huitrón y Óscar Reyes Retana, quienes ubicaron su fecha de creación en el siglo XVI.
Pero, con esta nueva investigación, se plantea que su realización corresponde al siglo XVIII, y que tiene diversas fuentes de inspiración, e incluso retoma elementos de otros documentos pictográficos.
Al respecto, María Elena Villegas, investigadora del Centro INAH-Querétaro, comentó que desde el punto de vista lingüístico hay distintos aspectos que constatan esta teoría. “A partir de un análisis exhaustivo, en diversas disciplinas, buscamos corroborar si el documento realmente correspondía al siglo XVI, y encontramos que el español que se maneja en el códice no corresponde específicamente a ese siglo, la cedilla (signo ortográfico formado por una C y una virgulilla Ç) ya no aparece”.
“Asimismo, la ortografía se asocia a la del siglo XVIII, que es cuando se establece la norma de la ortografía de la lengua española. También, la interpretación iconográfica determina que muchas de las imágenes fueron trasladadas del ‘Códice de Huichapan’, del siglo XVII, al ‘Códice de Jilotepec’, lo mismo que algunas frases de uso común en el XVI que fueron copiadas en el documento”, agrega Villegas.
Las investigaciones anteriores fueron de gran ayuda para ver hasta dónde se había avanzado en el estudio del “Códice de Jilotepec” y, a partir de ellas, se planteó llevar a cabo un análisis profundo y crítico desde diferentes disciplinas, añadió.
“La doctora Brambila nos convocó a hacer este trabajo en razón de que la historia prehispánica y colonial de los grupos otomíes es poco conocida”, resaltó.
Por su parte, Rosa Brambila detalló que el documento ofrece una relación de los gobernantes otomíes, y narra la historia de un conquistador muy importante de Jilotepec, Juan Valerio Bautista de la Cruz, así como de sus descendientes y los derechos que tenían.
Los eventos se narran de manera cronológica, comienzan en 1403 con aspectos de la vida de Jilotepec en la época prehispánica, y finalizan en 1589 con la muerte de Juan Valerio Bautista de la Cruz. De este modo, el escrito colonial documenta desde el origen ñhañhu del Señorío de Jilotepec hasta los sucesos de fines del siglo XVI.
“Uno de los aspectos más relevantes del manuscrito son los datos que aporta sobre la época prehispánica, referente a las formas de gobierno que hubo en la región otomí, un tema del cual hay muy poca información documental”, subrayó la especialista.
El documento consta de 12 hojas sueltas en papel europeo, y fue restaurado en los años 90 por especialistas del INAH, mediante la técnica de laminado con papel japonés de algodón. Sólo 10 de estas hojas están utilizadas por ambas caras, la letra empleada es una variante de la itálica cursiva y tiene dibujos en lápiz-tinta en buenas condiciones.
“Esta nueva publicación y el estudio que ofrecemos permitirá un mejor análisis del ‘Códice de Jilotepec’, que guarda la memoria de los grupos otomíes de la región”, concluyó Rosa Brambila.
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