Washington, D.C. / Agosto 24.-
Diversos dirigentes criticaron hoy a líderes del Partido Republicano que rechazan el cambio en la política de deportaciones anunciado por el gobierno estadounidense para enfocarse en los inmigrantes acusados de delitos graves.
“Estoy consternado por miembros del Partido Republicano que se oponen a esta decisión”, que “representa el principio republicano clave de defender la función del gobierno para proteger mejor al público”, dijo el procurador de Utah, el republicano Mark Shurtleff.
La discrecionalidad en el proceso de unos 300 mil casos de deportación que los departamentos de Justicia y Seguridad Interna revisarán “no es nada nuevo”, porque los agentes lo aplican cada día “para determinar dónde enfocar sus valiosos y limitados recursos”, dijo.
En lugar de gastar millones de dólares en encarcelar, procesar o expulsar a los indocumentados, como proponen varios líderes republicanos, hay que buscar un “método racional” para enfocar los recursos en los inmigrantes con antecedentes penales, agregó.
El presidente de la Conferencia Nacional Hispana de Liderazgo Cristiano, el reverendo Samuel Rodríguez, dijo que el alivio para migrantes de “baja prioridad”, como jóvenes, madres lactantes y veteranos, no es una “amnistía”, como han dicho líderes republicanos.
“El nuevo enfoque de la aplicación de la ley de ninguna manera es una ‘amnistía por la puerta trasera’, no ofrece ninguna forma de estatus legal. Es más bien una acción humana, administrativa, que protege a los inocentes y mantiene a las familias juntas”, anotó.
Enfatizó, sin embargo, que la medida es un “paso importante” para mejorar la aplicación de la ley migratoria, pero de ninguna manera sustituye la necesidad de una reforma fundamental del sistema de inmigración para legalizar a unos 11 millones de indocumentados.
“El Congreso todavía tiene la llave para proporcionar soluciones duraderas a nuestros problemas de inmigración”, indicó Rodríguez.
Una fuente de la organización humanitaria World Relief, dependiente de la Asociación Nacional de Evangélicos, afirmó que la medida es “un paso adelante” para lograr un sistema migratorio que fortalezca la tradición estadounidense de recibir a los que buscan trabajar y contribuir con el país.
El reverendo Luis Cortés, presidente de la red Esperanza, señaló que la decisión de la Casa Blanca “desafía ahora a los conservadores a dar un paso adelante, participar en el diálogo y presentar sus propias ideas para reparar el disfuncional sistema” migratorio.
El director del Foro Nacional de Inmigración, Ali Noorani, pidió a republicanos y demócratas que trabajen juntos para buscar “soluciones sensibles sobre la inmigración”.
Líderes republicanos, como el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Lamar Smith, consideran los cambios en las políticas de deportaciones como un plan para dar “amnistía por la puerta trasera a los inmigrantes ilegales”.
El legislador sostuvo recientemente que la administración Obama “debe aplicar las leyes de inmigración, sin buscar una manera de ignorarlas”.
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