Monterrey, N.L. / Feb. 15
Cruz Azul no sólo cambia, empeora. Del arranque del torneo pasado a este ya saca diferencia. Números rojos: un triunfo, dos empates y con la de este sábado (3-1) en el Tecnológico dos derrotas; mientras Monterrey, que cambió el bigote de La Volpe por la mesura de Vucetich antes del inicio del torneo, recoge frutos y salvó la derrota con Chivas, gana, gana y gana.
La tarde de ayer en la Sultana del norte fue de reconciliación para los Rayados y de bronca para los que vestían de azul.
Sí, hace 15 días Chivas había asaltado el Tecnológico, cargando con tres puntos y la única derrota regia en la campaña.
Por eso la victoria ante los capitalinos valió tanto para los muchachos de Vucetich, sobre todo para Aldo de Nigris, un hombre que recogía silbidos en el Tec nada más porque su pasado le pintaba las rayas del tigre, acérrimo rival de los ayer locales.
Por eso su gol lo celebró con los puños apretados y el grito desgarrado.
Sin embargo, Monterrey tuvo que componer un inicio torcido, de apremio cementero, con tenencia del balón sobre el área, pero sin esa punta que terminara en gol.
A Cruz Azul le pesa anotar. Le duele crear opciones y le enferma romperse la cabeza para resolver crucigramas rivales.
Este sábado tuvo la iniciativa al menos durante 25 minutos y nada. Nada porque Zeballos sigue apagado, porque Vela no tiene balones para volar y porque alguien les vendió un goleador, pero nadie les avisó que su apellido era Landín.
Por eso el primer tiempo se extinguió en cero, con un Monterrey ocupado en sacudirse la presión celeste y un azul con un problema para cada solución ofensiva.
La segunda parte ofreció cambios. Los visitantes quedaron atorados en el túnel de salida, o al menos su concentración, porque Monterrey los prendió cuanto quiso.
De Nigris, Suazo, Ayovi, todos se dieron vuelo en transito libre entre las líneas cementeras, picando balones que Yosgart sufría cada vez más y más hasta que Suazo, chileno picoso y letal que abrió la caja de defensa visitante.
Un servicio por encima de la zaga y luego el riflazo lejos de Yosgart Gutiérrez. Uno a cero al minuto 52, dos a cero al 56, tres cero al 70. En 18 minutos Monterrey liquidó con la mano en la cintura un partido que pintaba para reñir.
Porque la zaga celeste sigue en descanso. Sea en un tiro libre, como el ejecutado por Luis Pérez, que voló la barrera, o ante el remate de cabeza de Diego Ordaz en el contrarremate luego de que el balón beso el poste y la defensa visitante no atinó a reaccionar.
Ni que decir del 3-0, cuando un balón filtrado dejó a De Nigris frente a Yosgart para marcar.
Demasiado fácil, más si Gerardo Torrado, al más puro estilo de Rafael Márquez en el Tri, se hace expulsar en plena crisis.
Sí, Cruz Azul, el goleador de las primeras dos fechas no aparece. Hoy titubea, se esfuma, pierde.
Cierto, Gabino Velasco descontó con un golazo, aunque de nada sirve si llega con la daga al cuello.
Discussion about this post