México, D.F. / Febrero 10.-
“La buena cocina y el buen vino son el paraíso en la tierra”, afirmó el rey Enrique IV. Bajo esta premisa, el sur de Francia ha despuntado en el panorama actual de la vitivinicultura con la proyección de productos que apuntan al goce sensorial en torno a la mesa.
“En Languedoc-Roussillon la gastronomía juega un papel muy importante en la cultura vinícola local. Dada la riqueza natural del territorio, la propuesta de las bodegas siempre se acompaña con una cocina fresca, versátil, afín con la prodigalidad que imprime el sello del Mediterráneo.
“Por ello, Première Bulle es un espumoso que llega a México al encuentro con una cocina compleja y fascinante”, expresa en entrevista Benoît Tomas, enólogo de Sieur d’Arques, bodega situada en Limoux.
Distinguido como el espumoso oficial del Pabellón francés en la pasada Expo Shanghai 2010, y calificado como “el mejor espumoso del mundo”, en su versión Rosé, Première Bulle se introduce en nuestro país como una bebida de celebración, en el marco de los festejos del amor y la amistad, por lo que estará presente en las cartas de restaurantes de la ciudad de México como “Jaso”, “Dulce Patria” y “Brasserie Lipp”, entre otros.
“Es un vino con historia. Su origen y evolución va de la mano con los intercambios y las fusiones culturales que se dieron en aquella zona, expuesta a las migraciones y el paso de los ejércitos. La historia de los viñedos en ese territorio se remonta al siglo V a.C., cuando los griegos introdujeron las vides y sus prácticas de cultivo.
“En 1531, un siglo antes de Dom Pérignon, los vinos de Limoux se dieron a conocer en el mundo gracias a los monjes benedictinos de la abadía de Saint Hilaire. Elaboraron el primer vino espumoso del mundo, bajo el método clásico, con la rara y exclusiva uva de dicha región, Mauzac, caracterizada por sus aromas de durazno, pera y manzana verde. A partir de entonces el pueblo de Limoux empezó a cobrar fama por su Blanquette de Limoux”, explica Tomas.
Entre batallas
Un documento medieval hace referencia a las celebraciones que el señor de Arques hacía de sus victorias militares, brindando con Blanquette.
De acuerdo con Thomas, este dato histórico hizo que en 1946, cuando los vitivinicultores de la zona fundaron la bodega, decidieron llamarla “Le Sieur d’Arques”.
Limoux se ubica en el área más fría de Languedoc, donde las uvas tienen una maduración más lenta que en otros puntos de la región. El encuentro de influencias climáticas y la amplia biodiversidad crean condiciones favorables en la definición del terreno y los diferentes cultivos vitícolas.
“Los enólogos y bodegueros de Sieur d’Arques han tomado la medida completa de esta diversidad, estructurando enfoques innovadores, centrados en destacar cuatro grandes terroirs y seleccionar sólo algunas parcelas.
Hacia el este, la influencia mediterránea produce un clima seco y caliente. Al oeste, es más templado debido a la presencia del Atlántico, lo que garantiza sol y lluvia durante todo el año. En el centro las dos influencias se fusionan, mientras que un clima más frío domina en el sur, más cerca de los Pirineos.
En un suelo arcilloso, principalmente de piedra caliza, los viñedos se extienden desde 200 a 500 metros de altitud, advierte el especialista.
Feliz encuentro
Poco menos de 3 mil hectáreas de viñedos es la esencia de Première Bulle. Las varietales predominantes son la autóctona Mauzac, Chardonnay, y Pinot Noir, las cuales están sujetas a la aplicación de métodos tradicionales.
“Première Bulle, por sus notas frutales, va muy bien con el gusto de los mexicanos, además de que entra en franca armonía con la cocina nacional. En Francia goza de una estupenda aceptación debido precisamente a su frescura y su versatilidad en la mesa.
“Languedoc es una muestra representativa del intenso enlace de la cocina y los buenos vinos, ya que buena parte de nuestra oferta en enoturismo va unida de manera muy fuerte a los ingredientes y los platillos regionales. Probar un buen vino de nuestra tierra lleva implícita la idea de gozar también de nuestra buena cocina. Es un diálogo sensorial que ahora queremos realizar con los grandes sabores de la gastronomía mexicana”, subraya Tomas.
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