México, D.F. / Febrero 11.-
Todos morimos por causas fisiológicas, pero está en la parte subjetiva el significado que cada persona le da a una muerte, y ahí es como podemos decir que las personas se mueren de amor, aseguró la psicóloga Aliza Edelson Torenberg.
“Si una persona de la tristeza se deja morir, se murió de causas naturales, pero para esa persona su vivencia es que murió de amor”.
La forma en que una persona vive un evento de desamor va a depender de su tipo de personalidad, su fortaleza interna, de cómo suele reaccionar ante los problemas. Podemos hablar de diferentes enfermedades o situaciones que pueden llevar a un persona a enfermar y a morir.
Las redes de apoyo que tenga alrededor hacen que pueda sobrevivir a ese abandono, soledad o que no lo haga.
“Nadie se ha muerto por amor es bien sabido”, canta Carlos Carreira, pues a todos nos duelen las separaciones y a todos nos cuesta trabajo la soledad.
¿Amor? … La pregunta del millón. “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”, dice la Real Academia Española (RAE) en una de sus tantas definiciones. “Amor es dar lo que no se tiene aquel que no lo es”, dice Jacques Lacan.
Pocos saben el verdadero significado de esa palabra, pero la gente dice que “se muere de amor”. Para algunos es un estado de ánimo, para otros es algo maravilloso, muchos piensan que apesta, otros tantos que es un “estado que te consume hasta que acabas mal, pero no importa mientras te la pases bien”.
Como dice Walter Riso en su libro Ama y no sufras: “Se sufre demasiado por amor, esa es la verdad”. Ese dolor tiene que ver con la definición que cada persona le da.
“Colocamos en esa relación y en esa persona un montón de expectativas que son poco realistas y en el momento que no se cumplen sufrimos una decepción muy grande. Pero muchas de esas expectativas no fueron habladas ni explicitadas, ni la otra persona sabe que nosotros esperamos eso de ella”, afirma la especialista de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM).
Asociación entre el amor y la muerte
Socialmente tenemos este ideal y “no las podemos separar”, dice la psicoanalista.
Por un lado, a la sensación del orgasmo coloquialmente se le llama “la pequeña muerte”.
En caso contrario hay quienes dicen “si no me amas, me muero”.
La sociedad tiene el pensamiento de que “estamos para vivir en pareja y que solos no podemos”, al respecto Aliza Edelson sostiene que somos seres humanos y necesitamos de los demás para vivir, pero que eso no se entienda como una dependencia absoluta en la que siento que si no tengo pareja fallezco”.
Es tan malo decir “yo no necesito de nadie”, como pensar que si no tengo a alguien junto a mi no se quien soy.
La integrante de la Sociedad Psicoanalítica de México divide este tema en dos categorías:
1. Morir de desamor
La pareja se va en diferentes situaciones: cuando hay abandono, deciden separarse o cuando uno de los miembros se muere.
De ésta última existen varios casos documentados de parejas que llevan largo tiempo viviendo juntos, casados por muchos años, y tras el deceso de uno el otro lo hace también en un corto periodo, aunque antes de que muriera estaba relativamente sano, se deja morir, se enferma, deja de cuidarse, se deprime. Coloquialmente se dice que se “murió de amor”.
En el caso más radical, hay quienes ante una despedida caen en una depresión muy fuerte y terminan en suicidio.
También podemos hablar de personas que son sumamente dependientes alguien y cuando éste no está sienten que no pueden seguir viviendo.
2. Amores que matan
Cuando hay situaciones de violencia en noviazgo o matrimonio, la pareja no solamente termina lastimada, muchas veces en muerte.
Tan sólo en la ciudad de México tres de cada cinco mujeres y hombres de entre 15 y 24 años han reportado algún tipo de violencia durante una relación.
“Los números de mujeres que mueren en situaciones de violencia son alarmantes”, y en ese sentido también se le puede llamar morir de amor.
La mayoría de los violentados, ya sean mujeres u hombres, sienten que es la única manera de querer y vivir, y que a pesar de la agresión su pareja va a ser el único ser que los va a querer, pues es la persona de la que se enamoraron, quisieron y con la que tienen una vida formada.
Focos de alerta
Es normal estar triste después de terminar una relación, pero es importante no confundir la tristeza con depresión. Hay que tener cuidado cuando:
1. Ha pasado tiempo y no te sientes mejor. Has perdido las ganas de hacer cosas que antes te daban satisfacción.
2.No dejas de llorar y no cede con el tiempo.
3.Tienes problemas de sueño y con la alimentación, ya sea que no tienes hambre y no puedes dormir, o por el contrario comas de más y tengas problemas para levantarte.
4.Has pensado en suicidarte, si ha sido una idea pasajera o un plan más establecido.
5.Si sólo te sientes tranquilo y completo cuando tienes pareja, y que no serás capaz de funcionar bien si no estás en una relación.
6.Si al hacer una autorreflexión te das cuenta que “ya te pasó lo mismo” varias veces, si percibes un patrón que se repite en tus relaciones y rupturas, es evidente que hay algo que no estas pudiendo resolver por ti mismo y que te está haciendo daño.
Ante alguna de las conductas autodestructivas antes mencionadas es importante dar el primer paso y aceptar la necesidad de ayuda profesional, existen varios tipos de terapia que ayudan a ir “disminuyendo ese dolor”.
También, tomar en cuenta que es importante acercarse a las redes de apoyo: familiares, amigos y organizaciones o instituciones comunitarias, pues una persona se empieza a descuidar, abandonar, y es elemental poder echar mano de las personas alrededor y dejarse ayudar.
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