París, Francia / Febrero 8.-
Las revelaciones sobre las vacaciones del primer ministro François Fillon a Egipto suscitaron hoy reacciones encontradas en la clase política de Francia, desde quienes justifican el uso de un avión egipcio hasta aquellos que demandan su renuncia.
Aunque en la polémica inició la semana pasada con el viaje personal de la ministra de Asuntos Exteriores, Michèle Alliot-Marie, a Túnez, Fillon fue el centro del debate este martes, tras confirmar que usó un avión del gobierno egipcio en sus recientes vacaciones a ese país.
Jérôme Chartier, de la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP) y próximo a Fillon, declaró que el primer ministro visitó “un país amigo de Francia. Él no es un ciudadano como cualquier otro y en sus viajes debe ser protegido, más en un país donde hay terrorismo”.
Fillon recibe la protección de los servicios de seguridad de Matignon y del país anfitrión, y se reunió con el presidente egipcio Hosni Mubarak porque éste es uno de los elementos de estabilidad en Oriente Medio, era diciembre aún no pasaba nada en Egipto, apuntó.
Eric Ciotti, también de la UMP, indicó que el debate político “está en un nivel insoportable, el primer ministro tiene derecho a vacaciones. Estos ataques marcan una desviación de nuestra vida política, quieren meterse a un terreno sórdido y nauseabundo”.
La dirigente del Partido Socialista (PS), Martine Aubry, se dijo consternada por la información sobre las vacaciones de Fillon, invitado por Mubarak, y estimó que el gobierno había “perdido el sentido del espíritu público”.
“Me sorprende que el viaje privado del primer ministro a Egipto haya sido financiado por el presidente Mubarak”, dijo Aubry, mientras que para el portavoz del PS, Benoît Hamon, “es un asunto muy grave, es un problema de ética colectiva y personal del gobierno”.
Hamon fustigó además “el serial interminable de las relaciones culpables de este gobierno con los intereses privados”, de acuerdo con reportes del diario Le Figaro.
Para el grupo del PS en la Asamblea Nacional “hay una crisis en la cabeza del Estado, el presidente (Nicols Sarkozy), el primer ministro y la canciller están totalmente confundidos en la forma en que usan los medios del Estado (…) deben financiar sus propias vacaciones”.
Por parte de Los Verdes, el asunto es la expresión de las relaciones “incestuosas” entre un gobierno que se dice democrático y defensor de los derechos del hombre y quienes sólo buscan broncearse bajo el sol de Ben Ali (ex presidente tunecino) y Mubarak.
“Michèle Alliot-Marie debe renunciar y si François Fillon no puede explicar el carácter de sus vacaciones, tendrá que renunciar”, aseveró Noël Mamère, de Los Verdes.
Olivier Besancenot, de la alianza anticapitalista NPA, pidió la dimisión de los dos ministros denunciando “un poder que declina en relaciones privilegiadas con varios dictadores incapaces de comprender las razones de las revueltas populares”.
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