México, D.F. / Febrero 7.-
Beatriz Paredes Rangel heredará a Humberto Moreira Valdés, el próximo 4 de marzo, la dirección nacional de un partido político nacional reposicionado tras dos derrotas presidenciales, gobernando a más de la mitad de los mexicanos y con cuadros con amplias posibilidades de ganar la contienda electoral del 2012.
Sin embargo, el liderazgo de Paredes al frente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) quedará marcado por dolorosas derrotas para el priísmo nacional, a cargo de cuadros formados en el tricolor en estados considerados sus bastiones: Oaxaca, Sinaloa y Puebla.
En Guerrero y Durango, tras intensos jaloneos y designación de candidatos desde su oficina, al final perdió contra uno de sus cuadros más combativos, Ángel Aguirre Rivero, y estuvo a punto de ser derrotada por otro de sus más importantes liderazgos estatales, José Rosas Aispuro, también priísta.
Integrantes de su equipo comentan que Paredes influyó en la mayoría de las designaciones de candidatos a gobiernos estatales y municipios importantes, logrando acuerdos con los gobernadores y dirigencias estatales para presentar el mejor candidato.
Para priístas de larga trayectoria como el ex presidente nacional Gustavo Carvajal Moreno y los ex gobernadores Guillermo Cosío Vidaurri y Eliseo Mendoza Berrueto, su partido se ha reposicionado y las derrotas son culpa de los gobernadores de Oaxaca, Puebla y Sinaloa y de la falta de compromiso de los priístas postulados por “alianzas contra natura”.
Pese a esas derrotas Paredes ha consolidado una gran influencia nacional y se han formado dos círculos en torno a ella: el de sus incondicionales, respaldado por la mayoría de los gobernadores, y el de sus enemigos: Roberto Madrazo, José Murat y Manuel Bartlett.
Beatriz Paredes asumió la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) el 4 de marzo de 2007 tras la contienda interna en que derrotó a Enrique Jackson e inició la reestructuración del partido. A casi cuatro años y sólo con la elección de Baja California Sur pendiente para el priísmo bajo su liderazgo, estos son sus números:
A pesar de que el año electoral de 2007 ya estaba avanzado cuando asumió el liderazgo nacional, la presencia de Paredes tuvo influencia en los resultados de las 15 elecciones locales. El PRI ganó la gubernatura de Yucatán y los comicios intermedios de Chihuahua, Durango y Oaxaca, repuntó su votación en Baja California y Zacatecas y golpeó fuerte al Partido Acción Nacional (PAN) en Aguascalientes.
Juntando las elecciones de Yucatán, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Baja California, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Michoacán y Puebla, el PRI obtuvo 42% de los sufragios y una preferencia electoral de 48%, según cifras del Comité Ejecutivo Nacional. Al cierre de 2008 Paredes colocó al PRI, cuantitativamente, como la única fuerza política del país con un repunte en su votación, respecto a la elección federal de 2006, ubicándose con más de 70% por encima de Acción Nacional y Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Ese año se eligieron diputados y alcaldes en Baja California Sur, Quintana Roo, Hidalgo, Nayarit y Guerrero y en Coahuila sólo se renovó el Congreso local en total, se disputaron 115 diputados de mayoría, 198 ayuntamientos, y cinco capitales estatales.
De este universo el PRI obtuvo 81 diputados de mayoría, 115 alcaldías y cuatro capitales locales; el PAN sólo obtuvo tres diputaciones de mayoría y 18 ayuntamientos, en tanto que el PRD ganó 50 presidencias municipales, 29 diputaciones de mayoría y una capital.
Su liderazgo recibió ataques por motivos de su salud —pues el 20 de julio de 2009 recibió tratamiento médico de urgencia en el Centro Médico ABC, para impedir que sufriera un infarto por angina de pecho.
Pero Paredes ha evidenciado su capacidad para aglutinar a las llamadas “fuerzas vivas” del PRI, tomar decisiones de fondo y no meramente coyunturales, evitar la confrontación y su capacidad de negociación con otros partidos políticos y sus cercanos ubican su rudeza como fortaleza. En 2009 ganó la elección federal intermedia con 239 diputados federales y, en su alianza con el PVEM, logró la mayoría de curules en el Palacio Legislativo de San Lázaro.
En gubernaturas el PRI ganó Nuevo León, Colima y Campeche y recuperó Querétaro y San Luis Potosí. Para 2010 el porcentaje de Paredes se mantuvo al alza. Se disputaron 12 gubernaturas, mil nueve ayuntamientos, 294 diputados de mayoría y 187 plurinominales. Perdió ante alianzas opositoras que postularon a cuadros formados en el tricolor en Sinaloa, Puebla y Oaxaca.
Al final el PRI resultó ser mayoría en 11 de los 14 congresos locales que se renovaron, con 197 diputados de mayoría de los 294 en juego, ganó 10 de las 13 capitales que fueron a las urnas, y ganó las gubernaturas de Aguascalientes, Tlaxcala y Zacatecas, en manos de sus oponentes y conservó Chihuahua, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz.
El veracruzano Gustavo Carvajal sostiene que Paredes tuvo “una gestión difícil” porque al inicio de su liderazgo no contó con el apoyo de gobernadores priístas y el partido venía de dos derrotas presidenciales.
“No fue fácil remar (a) contracorriente. Los resultados negativos en Oaxaca, Puebla y Sinaloa fueron culpa de los gobernadores, no de ella, porque los gobernadores apostaron a candidatos equivocados. Pero en general el PRI y ella fortalecieron posiciones y tiene futuro por delante, seguramente coordinará la bancada en la Cámara de Diputados y podrá presidirla”.
Cosío Vidaurri, ex gobernador de Jalisco, subraya que Paredes dejó al PRI posicionado para ganar la Presidencia de la República en 2012 sin importar que sus adversarios políticos pudieran concretar alianzas “contra natura” en busca de derrotar al tricolor.
“Vivió situaciones complejas, que se presentaron el último año, en razón delas alianzas contra natura que se forjaron entre partidos políticos antagónicos entre sí con el único y obsesivo propósito de vencer al PRI porque no sabían vencerlo actuando en una manera individual.
“Se valieron en ese momento PRD y PAN de conquistar a cuadros priístas que tenían renombre y que por estar desanimados en su propósito de ser candidatos del PRI optaron por irse al lado adverso en el único y exclusivo propósito de utilizar lo mismo que el PRI les dio toda la vida, una formación, en beneficio propio y no en beneficio de las causas que representaban”.
Mendoza Berrueto, ex gobernador de Coahuila, subraya que Paredes enfrentó una etapa que se avizoraba de fracasos para el PRI y en cambio concretó triunfos y recuperó distritos, municipios y estados para ser gobernados nuevamente por el Revolucionario Institucional.
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