México, D.F. / Febrero 7.-
Las estadísticas son claras: los Acereros de Pittsburgh ganaron más yardas y tuvieron más tiempo de posesión, sin embargo, los Empacadores de Green Bay fueron más certeros y aprovecharon a la perfección cada una de las pérdidas de balón de su rival.
Al final del encuentro los únicos números que importan son los del marcador y ahí se impuso Green Bay 31-25 y se coronó en el Super Bowl XLV.
Por ejemplo, los Acereros tuvieron el balón en su poder durante 33:25 minutos, pero su rival aprovechó mejor los 26:35 minutos que tuvo el ovoide.
En yardas totales, Pittsburgh dominó con un total de 387, de las cuales, 261 fueron por aire y 126 por tierra en 23 intentos. Green Bay, en cambio, consiguió un total de 338: 288 por pases de Rodgers y 50 por tierra, en apenas 13 intentos en todo el partido.
En cuanto a pases, Roethlisberger intentó 40 y completó 25, mientras Rodgers lanzó en 39 ocasiones y encontró receptor en 24. Green Bay sumó cuatro touchdowns: tres por pase y uno por intercepción; Pittsburgh tuvo tres: dos por pase y una carrera.
Lo cerrado del marcador también se refleja en los castigos, pues Pittsburgh tuvo seis para una pérdida de 55 yardas, mientras que Green Bay tuvo siete para retroceder 67, la diferencia fue la zona del campo y el momento en que éstos llegaron.
Con números tan parejos, la clave del encuentro estuvo en los errores, pues las dos intercepciones de Roethlisberger y el balón suelto de Mendenhall se tradujeron en puntos para Green Bay, que supo dar golpes en el momento indicado.
La frialdad de los números representa exactamente lo que fue el partido: un duelo cerrado que se definió por la eficiencia de uno y los errores del otro.
*Estadísticas proporcionadas por NFL.com
Discussion about this post