El Cairo / Febrero 8.-
La oposición al régimen del presidente Hosni Mubarak, movilizada desde hace 14 días en la Plaza Tahrir de la capital egipcia, no se fía de las medidas reformistas anunciadas por el gobierno y advierte que continuará manifestándose “hasta el final”.
“Aplaudimos que el vicepresidente Omar Suleiman haya aceptado reformar la Constitución y nos dé más libertad”, dijo a Notimex Alí Hussan, activista del movimiento popular que ha hecho perder el miedo a millones de árabes en Egipto y en toda la región.
“Pero nosotros queremos ver una democracia auténtica y sobre todo la marcha del dictador Mubarak”, añadió.
Los manifestantes de Tahrir temen que los soldados egipcios abandonen gradualmente la plaza, ya que ello puede dar pie a nuevas agresiones de los partidarios de Mubarak. Estos tienen prohibido el acceso por temor a violentos enfrentamientos como los registrados hace unos días.
Tahrir se ha vuelto a llenar hoy, en esta ocasión en homenaje a los muertos de la revuelta, que según diversas fuentes llegan a 300.
“Por su memoria y lucha estamos aquí. La muerte de los mártires es muy triste pero nos da fuerza para continuar la lucha. Se los debemos”, explicó a su vez Jaled, otro activista.
Al mismo tiempo, la televisión pública emitió hoy imágenes de Mubarak con su nuevo gobierno, escena que busca reflejar que “todo está bajo control” pero que si algo enseña es el cansancio físico e incluso ansiedad en el rostro del dirigente de 82 años.
Tahrir puede considerarse ya el núcleo del volcán árabe que amenaza levantar llamas de protesta en países como Jordania, Yemen o Siria; protestas contra regímenes escasamente democráticos y en demanda de una mejora en las condiciones de vida y los derechos humanos.
Israel, que tiene relaciones diplomáticas con Egipto y Jordania, sigue con enorme preocupación a los acontecimientos en El Cairo ya que el acuerdo de paz firmado en 1979 está en peligro, en especial si tras las próximas elecciones egipcias, previstas en septiembre, el movimiento islamista Hermandad Musulmana asume el poder.
Este poderoso grupo de la oposición participa en el diálogo con Suleiman pero, como dicen sus portavoces, “se reserva el derecho a retirarse de la mesa si no se aplican las reformas que pedimos”.
El canciller israelí Avigdor Lieberman afirmó que “hoy vemos que los países árabes atraviesan una época de debilidad. Hay tres grandes actores en la zona y ninguno es árabe: Irán, Israel y Turquía. El principal motivo de la inestabilidad regional es la tensión y problemas en los países árabes”.
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