Fue el 2011 el año de la libertad de expresión; envía SIP su mensaje

Miami, E.U. / Enero 1.-

El presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Gonzalo Fernando Marroquín, director del diario Prensa Libre, de Guatemala, hizo un balance de los avances y retrocesos ocurridos en el 2010, y trazó la agenda para el próximo año en materia de libertad de prensa y de expresión en el hemisferio occidental.

A continuación, el texto íntegro de su mensaje:

El 2010 tuvo grandes contrastes. Demandó que estuviéramos muy activos en defensa de las libertades de prensa y de expresión, no porque la consideremos una causa corporativa a favor de medios de comunicación y periodistas, sino por tratarse de un derecho esencial de cada ciudadano para vivir mejor en sociedad.

Por eso, este principio concentrará la lucha de la Sociedad Interamericana de Prensa en el 2011, el “Año de la Libertad de Expresión”. Cerramos este período con grandes preocupaciones. En especial, por las reformas legales que se hicieron en Venezuela para restringir a los medios y limitar la internet, así como por las intenciones de algunos legisladores estadounidenses de limitar la libertad de expresión en la red, en represalia por las filtraciones de Wikileaks sobre información diplomática confidencial.

Cuba siguió destacándose por su invariable censura, y por el destierro de 18 periodistas independientes liberados y ocho todavía encarcelados. En México el crimen organizado fue responsable por el asesinato de 11 periodistas y una docena de atentados contra sedes de medios; mientras la administración de Venezuela cerró cinco canales de cable y 34 emisoras y las de Argentina, Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua y Venezuela, siguieron comprando y creando medios con dineros públicos, integrándolos a su sistema de propaganda.

En Argentina, Ecuador y Nicaragua, los gobiernos idearon campañas públicas de desprestigio en contra de la prensa, discriminando la publicidad oficial, aplicando sanciones económicas o interfiriendo sus operaciones con conflictos gremiales y laborales. Varios periodistas fueron sancionados judicialmente y muchas publicaciones tuvieron que soportar censura y censura previa, tanto por denunciar corrupción pública en Brasil, mostrar fotos de jóvenes delincuentes en El Salvador o de morgues mal administradas en Venezuela, por escuchas telefónicas en Colombia y Perú, como por casos de supuesta difamación a funcionarios en casos en Panamá, Paraguay y Uruguay.

También hubo revuelo legal contra de la libertad de prensa. Así como en Venezuela años atrás se usó el principio de protección de la infancia para crear leyes anti prensa, hubo excusas similares en proyectos de ley que se discutieron en Colombia y Perú, así como en la aprobación en Bolivia de una norma para combatir el racismo y las malas costumbres.

Pero de todos estos contratiempos, ninguno es tan preocupante como el de los crímenes contra periodistas, situación por la que sentimos la misma frustración que la población en general frente a la inseguridad y el crimen organizado.

Este año, 23 reporteros han sido asesinados, 11 en México, nueve en Honduras, dos en Brasil y uno en Colombia. Algunos logros, sin embargo, nos animan a no desistir, como que cinco criminales fueron condenados y 16 más están siendo procesados; la creación de una jurisdicción especial en Perú para procesar a los asesinos de periodistas; la instauración de una fiscalía en México para atender este tipo de delitos o la promesa de alcanzar una ley de federalización y el aumento a 30 años del plazo de prescripción para estos crímenes en Colombia.

La violencia contra los reporteros es un atentado contra la sociedad toda, por lo que requiere una respuesta global. Por ello hemos creado la campaña “Dona tu voz”, un concurso que permite la participación ciudadana para pedir más justicia y un alto a la impunidad.

Debido a estos antecedentes y a las décadas que la SIP tiene de lucha en este terreno, redoblaremos nuestros esfuerzos durante este próximo “Año de la Libertad de Expresión”, con la intención de que en cada rincón del continente, podamos solidificar el principio máximo de la Declaración de Chapultepec:

“No hay personas ni sociedades libres sin libertad de expresión y de prensa”.

Este objetivo nos anima a convocar a todas las sociedades del hemisferio occidental para que a partir del 2011 se sumen a esta lucha a favor de la libertad de expresión.