México, D.F. / Enero 11.-
Un estudio aplicado a mil 340 alumnos de tercero a sexto grado de primaria, en 12 escuelas ubicadas en al zona sur del Distrito Federal, reveló que 271 de ellos, el 20.22 por ciento, presentaron sintomatología depresiva, una tasa mayor a la reportada previamente.
“Un porcentaje muy alto. Aunque no significa que haya 20.22 por ciento de infantes deprimidos en la ciudad”, destacaron académicos de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
De acuerdo a la psicóloga Verónica Alcalá Herrera, no se trata de un diagnóstico de depresión, sino de indicios que pudieran derivar en esa enfermedad durante la adolescencia o en la vida adulta.
La prueba se aplicó en primarias públicas y privadas de enseñanza tradicional como escuelas activas, en los turnos matutinos y vespertinos.
Los resultados evidenciaron un mayor puntaje en las escalas depresivas entre alumnos de escuelas tradicionales respecto a quien estudia en un método activo, sin diferencias significativas entre géneros ni edades.
“En esos pequeños observamos tendencias hacia una tristeza que, en algunos casos era profunda, como pensamientos de muerte, preocupaciones, miedos y aflicciones”, detalló la también integrante del Departamento de Sicología de la FP.
Podemos hablar, precisa, de una sintomatología depresiva.
En este primer estudio las causas no fueron investigadas, pero es necesario considerar hacerlo, estimaron en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La prueba utilizada fue la versión española estandarizada para México de la evaluación de depresión infantil de origen australiano Children’s Depression Scale (CDS), de M. Lang y M. Tisher, que consiste en 66 preguntas, a través de las cuales se miden la parte positiva u optimista, y la parte negativa o depresiva.
“Los resultados nos sorprendieron porque 20.22 por ciento de niños con sintomatología depresiva es un porcentaje muy alto. Ello no significa que haya 20.22 por ciento de infantes deprimidos. De cualquier manera, el porcentaje fue mayor de lo que se había reportado anteriormente”, indicó la académica.
Para finalizar, Verónica Alcalá señaló que para un diagnóstico preciso se deben analizar diversos factores, como el contexto en que viven los infantes.
“La depresión infantil es una de las enfermedades más difíciles de diagnosticar, porque a los pequeños les cuesta mucho trabajo expresar lo que piensan. Es necesario utilizar estrategias para conocerlos”, concluyó.
Un estudio previo, realizado en 1995, a una población de 150 niños de una sola escuela del DF, encontró que alrededor de 10 por ciento de los menores presentaba síntomas depresivos.
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