Hace años había un mundo en el que cuatro personajes gozaban de la confianza del pueblo: El alcalde, el cura, el médico y el profesor. Eran dueños de la verdad y pobre de aquél que los retara. Como estereotipo incluso inspiraron al gran mimo mexicano MARIO MORENO a personificar a por lo menos tres de esas vocaciones.
Eso sí: estaban en una era en la que no se necesitaba ponerse de tapete o andar de lambiscón con obispos, rectores o líderes sindicales voraces para graduarse en dichos oficios.
Al primero se le respetaba en toda su autoridad ó si no, éste la hacía valer con el libro de la justicia en una mano y agarrando el revólver en la otra.
Al segundo poco faltaba para verle encarnado como semi-dios. La ceguera de la fe avalaba que muchos les “lavaran los pecados” a sus descendientes y seguramente que esa infame idolatría sigue en algunos pueblos carentes de actualización cultural.
El tercero, caray, era un santo con la ciencia en las manos. De perdido había menos enfermedades o por lo menos el estudioso aprovechaba sus conocimientos sin andar de porro universitario.
El cuarto venía a ser el relevo de los padres en materia de formación y educación. “Péguele al chamaco si es necesario, yo le doy permiso”, era la frase de los padres al dar su anuencia para enderezar a los árboles torcidos de la infancia.
¡Ah! Pero como les digo, eso fue hace demasiado tiempo.
Ahora, el primero (con sus salvadas y honrosas excepciones) aparece como una figura que en ciertos lugares cuando puede manda, porque varios le obedecen si quieren y eso que a veces es peor ver cómo sus subalternos no mueven un dedo si su jefe no se los manda.
El segundo, y sin generalizar, llega a ser objeto de dudas porque después de conocer la vida del padre MACIEL u otros pedófilos muy pocos les dejarían encargados a sus hijos. (Y viendo a JUAN SANDOVAL ÍÑIGUEZ, tampoco se les confían las limosnas).
El tercero (y aquí aparto a tantos y tantas expertos de la salud que hacen lo que pueden con lo que tienen en lugares como el IMSS o el ISSSTE) es en muchos casos un curandero con diploma (y a quien le quede la bata, que se la ponga).
Por último, la FIGURA del apóstol del aula de repente llega a transformarse en el prófugo de la pizarra o en el comprador de una plaza docente, gracias a quienes insisten en hacer valer el derecho de unos cuantos (mal ganado y mal aprovechado) a costa del bienestar de miles.
O usted dígame: ¿Cómo se le llama a la acción de suspender clases, movilizando a miles de docentes, sólo porque no se ratificó a una de sus dirigentes que por años se encarnó en los pilares del poder? ¿Es ese su sentido de progreso?
COLOFÓN
Quién sabe cuál sea su respuesta a esta última interrogante (hay cínicos que le dicen “conquistas sindicales”).
De lo que sí estoy seguro es del nombre correcto de la acción que emprendieron las nuevas autoridades estatales. Se denomina “DESPARASITAR” y aunque por lo visto la purga arde, lo importante es que los intestinos quedan limpios.
MISCELÁNEA GRILLA
-REFUGIO 1.- Los que por respeto a las formas políticas emigren, hallarán acomodo en el CEN del PRI.
-REFUGIO 2.- Son exilios que durarán de perdido un año, más no por ello se dejarán los escenarios.
-REFUGIO 3.- Es curioso, porque entre los actores que se van unos piden “ni ser vistos ni oídos”.
-REFUGIO 4.- Hay otros que mejor se fueron antes de que los corrieran.
-REFUGIO 5.- Tal como le pasó a un moreno personaje.
-REFUGIO 6.- Él reniega de su estado natal, pero en la entidad que adoptó no lo quieren.
-REFUGIO 7.- Y no es por su color de piel, sino por sus negras intenciones.
-REFUGIO 8.- Les doy una pista… Ahora le apodan RICK…ALIMBA.
-REFUGIO 9.- Es que ahora le echan la culpa de todo.
Por su atención, gracias. Por hoy, ¡Bajan!
Confesiones, avisos especiales y hasta aplausos a enterados2004@yahoo.com.mx
No tengo intermediarios ni asesores.
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