México, D.F. / Diciembre 15.-
Transformar una residencia de los años 60 en un hotel de vanguardia, ha sido toda una aventura para el afamado arquitecto mexicano Bernardo Gómez-Pimienta quien integró el pasado y el presente en estancias llenas de color, arte y sofisticación.
Se trata de la más reciente obra de este creativo que ha representado todo un desafío en su trayectoria, al convertirse en un proyecto que requería mantener algunos aspectos originales de la estructura de la mansión, ofreciendo a su vez, un aspecto renovado y moderno.
El lugar que lleva por nombre Hotel Anticavilla, ya ha tomado forma para tener la categoría de Small Luxury Hotel con espacios únicos en su concepto.
“Fue un proyecto muy divertido y todo un reto porque nos llevaba a varias incógnitas: la primera, cómo lograr que esa parte de arquitectura vieja le pudiéramos dar una nueva vida y por otro lado, hacer que la parte nueva del edificio pudiera también tener un diálogo con esa parte antigua. Después aprovechar el clima de Cuernavaca donde podíamos tener un comedor abierto con un pequeño techo y que se pudiera disfrutar todas las temporadas del año.
“Lo que más nos preocupaba era cómo lograr que la arquitectura vieja y la nueva pudieran dialogar y pudieran ser amigas, entonces en cada una de las habitaciones aprovechamos los muros que ya existían, los cuales, en su mayoría, están hechos con piedra que data de la época de la Colonia. Las partes nuevas y modernas había que hacerlas muy contemporáneas pero era importante mantener los marcos y los arcos de piedra y tabique antiguos, además de lograr que cada cuarto tuviera una identidad y un carácter propio”, describe Gómez-Pimienta.
Espacios con personalidad
Al hablar de la búsqueda por la identidad de las estancias, el arquitecto y el equipo que trabajó con él en el proyecto -incluyendo los propietarios del hotel de origen italiano- se llegó a la conclusión de que el arte sería el mejor aliado en esta misión.
“Pensamos que las habitaciones deberían de tener un tema, el cual tenía que estar relacionado con la obra de algún reconocido artista italiano del pasado y de la actualidad. Y de esa obra o cuadro dependería la decoración de toda la habitación”, explica el experto.
Los cuadros de los artistas Chirico, Severini, Clemen, Modigliani; además de Paladino, Consadori, Cascella, Aligisassu, fueron montados sobre los muros de las habitaciones a manera de mural y de los colores de la obra, se fueron definiendo los tonos del mobiliario y algunos textiles que forman parte de la ropa de cama.
Arquitectura bien orientada
El edificio en “L” recuerda la forma de las haciendas mexicanas. Cuenta con un patio central de dos cuerpos: el antiguo y el moderno, ambos con una vista inigualable sobre el jardín y la alberca. En el ala antigua, la casa original de dos pisos, se ubican las habitaciones, la recepción, el spa, el Business center y la cava. En el ala moderna se encuentran el VerdeSalvia Ristorante, el bar lounge y la Suite Presidencial con dos habitaciones con terraza privada y jacuzzi.
Para lograr la integración de estos dos ambientes se preservó la mayoría de los elementos existentes sustituyendo sólo los pisos deteriorados por mármol travertino. Por otro lado, la contemporización de los espacios también se logró gracias a la presencia de elementos de diseño muy modernos, entre ellos la iluminación y el mobiliario vanguardista de origen italiano. El hotel cuenta con 12 habitaciones: cuatro master suites de las cuales tres tienen jacuzzi y tres patio privado; cuatro habitaciones de lujo, todas con patio privado; tres junior suites, una con patio privado y una suite presidencial, compuesta por dos habitaciones con terraza privada, un jacuzzi interior y otro en la terraza.
Paisajismo y color
El jardín fue diseñado para que varíen los colores de las flores, dependiendo de las estaciones del año. Es un área ideal para ser usada en eventos. La alberca semi olímpica de 25 metros se eleva del nivel de jardín como elemento decorativo; está compuesta de dos partes, una para practicar el deporte preferido y estar a gusto en el agua y la otra sólo para asolearse desde el camastro. Alrededor de la alberca se realizó una gran labor de conservación de árboles de casi un siglo de antigüedad, entre los que se encuentran jacarandas, ficus y otras bellas especies.
Esta obra tiene que ver con una renovación en el trabajo de Gómez-Pimienta, lo cual se plasma en cada uno de los rincones y espacios.
“Para mí cada obra es muy diferente, no repetimos nunca, tratamos de no copiar, tratar de entender las condiciones y las particularidades de cada uno de los proyectos y sacar lo mejor de ello. “En este caso, la idea de basarnos en la obra de artistas para tomar de ahí la decoración, fue algo nuevo para mí. El hecho de ir diseñando cuarto por cuarto y esquina por esquina, y tener el más debido cuidado por mantener el balance perfecto entre pasado y presente, significó un arduo trabajo y tomó mucho tiempo; es un hotel lleno de detalles y cosas diferentes que puedes descubrir y te van sorprendiendo”.
Bernardo Gómez-Pimienta es uno de los arquitectos contemporáneos más notables de México. Entre sus obras destacan: Escuela Nacional del Teatro (CNA), ampliación de Televisa Chapultepec, y el hotel Habita en conjunto con el arquitecto Enrique Norten.
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