Convoca “Las reliquias de la muerte” a los incondicionales de Potter

México, D.F. / Noviembre 18.-
La mayoría va de rojo y amarillo. El nombre es Gryffindor, la casa a la que pertenece Harry y Dumbledore. Hay unos que quieren parecerse a Potter y traen lentes. Hay otros que los usan porque en verdad los necesitan. Las varitas brillan en la oscuridad de los pasillos. Parece que casi nadie sabe usarlas. Si conocieran los hechizos, las cosas serían diferentes por aquí.
Pero no todos aman a Harry Potter. Cuando las filas de entrada comienzan a avanzar, un grupo de personas pide la muerte del mago. Gritan desde sus lugares. Van vestidos de negro y algunos llevan máscaras. Son los mortífagos, seguidores de Lord Voldemort. Hay más en los pasillos. Son rápidos, parece que flotan.
En otra fila, al inicio, están Guillermo y sus amigos. Compraron los boletos el sábado pasado y se formaron desde las 16:00 del miércoles. Desde entonces, no comieron más que palomitas. No importa la espera, quieren ser los primeros en entrar a la sala para ver la película.
Hay muy pocos niños. La mayoría en las filas son jóvenes y adultos. En las taquillas todavía hay boletos. La cinta se expone en nueve salas. Una de ellas es en formato IMAX. Para esa hay todavía 41 lugares disponibles. La versión doblada es la menos popular. Se presenta en tres salas y hay todavía 65 boletos a la venta.
Adelante, me encuentro con Karla. Lleva una copia del “Monstruoso libro de los Monstruos” que ella misma hizo. Se tardó dos horas. Están también sus papás, algunos primos y amigos. Leyó los libros primero, hace ya algún tiempo. Empezó a buscar boletos para esta función desde hace mes y medio. Le gusta Harry Potter porque ofrece una escapatoria a una vida que es bastante difícil.
Dan las 22:30 y la función comienza. Las filas desaparecieron como si la magia en verdad existiera. Todos los que antes estaban afuera, esperan sentados para ver al mago que los distrae de la realidad. Esperan al adolescente con lentes que vive marcado y se enfrenta a la muerte, como muchos otros, porque es lo único que puede hacer.