Guanajuato / Noviembre 3.-
El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández ofreció aquí su espectáculo conmemorativo de la Revolución Mexicana, a través de bailes en alusión a este periodo histórico, que fue antecedido por un baile prehispánico, en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas.
Ante un lleno impresionante que se registró anoche en el principal escenario al aire libre, en el marco del 38 Festival Internacional Cervantino, que se realiza del 13 de octubre al 7 de noviembre, el ballet cautivó a los asistentes, a través del folclor, baile y música.
El espectáculo inició con varios bailarines haciendo gala de su talento, que acompañados por los sonidos de un tambor, hicieron el montaje prehispánico.
Momentos después se presentó un grupo de músicos interpretando temas de la Revolución, acompañados por un gran coro del Ballet Folclórico de México de Amalia Hernández, quienes además de cantar, vestían los esplendorosos atuendos de la época.
Ante el asombro del público por las perfectas coreografías, los bailarines de la agrupación salieron al escenario en parejas para cautivar a los asistentes a través de “La polka de las bicicletas” y “La Adelita”, mostrando un vestuario atractivo de vistosos colores.
Una vez terminados estos bailes, la agrupación de la fallecida Amalia Hernández continuó su espectáculo con un “collage” de temas tradicionales de algunos estados de la República Mexicana, para llegar a “La Bamba”, una melodía clásica dentro del repertorio musical mexicano, que puso bailar hasta algunas parejas del público.
Una fiesta de baile y música, que tuvo también unos minutos de descanso para dar oportunidad de que los bailarines cambiaran de vestuario, y ofrecer un pedacito sobre lo que se hace en una charrería a través del lazo que con gran destreza realiza un charro.
El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández siguió sus coreografías de temas tradicionales, de los cuales destacó una pieza donde algunos bailarines salieron con mojigangas, disfrazados de personajes como un negrito y charros.
Hubo otras piezas en las que los bailarines salieron con grandes penachos, no prehispánicos, sino estilizados, acordes con una música más contemporánea, para despedirse en medio de grandes ovaciones que rindió el público en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas.
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