México, D.F. / Octubre 26.-
En México la industria tabacalera ha adoptado al menos 11 estrategias para frenar la política orientada a desalentar el consumo de cigarrillos.
Entre las medidas a las que recurre se encuentran la compra de legisladores e incluso el financiamiento de campañas políticas, de acuerdo con un estudio del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
En el reporte, los investigadores identificaron dos tipos de estrategias: las formales y las informales.
En las primeras la industria utiliza herramientas legales para negociar con el Estado sin recurrir abiertamente a la corrupción de los actores
Entre las estrategias legales, las cigarreras buscan posicionarse como empresas socialmente responsables a través del pago puntual de impuestos, vinculan el aumento de gravamen al tabaco con la pérdida de empleos en los estados y divulgan “amenazas” a la estabilidad económica del país.
En las informales hacen valer su poder económico para intimidar o “capturar” a los personajes clave del diseño de políticas antitabaco.
La investigación demuestra que la efectividad de las tácticas de la industria “logró que se modificara sensiblemente la iniciativa de la Ley General para el Control del Tabaco” y derrotara políticas recomendadas por organismos internacionales de salud.
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