Guanajuato, Gto. / Octubre 14.-
La exquisitez del tango argentino, el sabor del vallenato colombiano y la riqueza del folclor chileno coincidieron en el escenario de la Alhóndiga de Granaditas, en una fiesta latinoamericana que abrió la noche de ayer miércoles la 38 edición del Festival Internacional Cervantino.
Las escalinatas lucieron llenas y el público respondió a esta inédita inauguración donde artistas de los tres países invitados del encuentro, tres naciones que como México este 2010 festejan los 200 años del inicio de sus Independencias, dieron una prueba al público de lo que será este encuentro.
Para cuando abrió el Ballet Folklórico Nacional de Chile su presentación, aun estaban por ser rescatados dos de los 33 mineros de ese país en la mina San José. Doce bailarines interpretaron una serie de danzas que recogen escenas e imágenes de la tradición de la isla de Pascua y de otras de la Polinesia.
Dos solistas del elenco musical del Ballet hicieron un breve pero cálido homenaje a Violeta Parra al cantar un par de sus canciones más queridas: “Volver a los 17” y “Gracias a la vida”. Chile culminó su presentación con una muestra de danzas en torno del huaso, hombre a caballo de la zona central, depositario del legado español.
Tangokinesis, de Argentina, encantó cuando irrumpió en el escenario con un espectáculo que trenza el tango, la danza contemporánea y el ballet. Cuatro parejas, acompañadas por los más tradicionales tangos -por ejemplo “Yo no sé qué me han hecho tus ojos”- o por versiones actuales de algunos de estos temas, desplegaron toda la elegancia que este género de la canción ofrece.
Cuando parecía que la pareja vivía una escena de arrebato, dolor y despedida, propia de esas canciones de arrabal, viraba con fuerza a movimientos de la danza contemporánea; un guiño coqueto de la bailarina con el público rompía con el ritmo y, de pronto, un movimiento clásico cerraba la canción.
El viento se hizo cómplice de los virtuosos bailarines, vestidos en negro o rojo, impecables. El público aplaudió la fuerza de esa combinación de danza urbano-tradicional. La coreografía está hecha sobre música de Canaro, Piazzolla, Garello. “Nuevo tango”, la puesta que adelantaron los argentinos en esta primera noche del Cervantino, es un montaje escénico insinuante y encantador.
Para cerrar la velada subieron a escena los Reyes del Vallenato. Tras la interpretación de dos temas originales de Santander Durán Escalona, rey de reyes de la canción vallenata -que no calaron entre el público por culpa de un pésimo sonido-, el cantante Odasir “El Ñeco” Montenegro acabó de prender los ánimos que ya traía el respetable cuando con la complicidad del acordeonista Navín López cantó algunos de los clásicos de esa música que va ganando fidelidades en México.
Le entregó a los asistentes inolvidables canciones como “El Cantor de Fonseca”, “La gota fría”, “La cumbia cienaguera” (que fue de las primeras que se grabó fuera de Colombia, en los años 50, y justamente en México), “La pollera colorá” y de ñapa (o pilón) interpretó una puya vallenata. Fue breve, pero este ritmo encendió el ambiente y los miles que estaban en las escalinatas o en la calle bailaron con el grupo colombiano.
La gran sorpresa fue cuando, en medio de la “Cumbia cienaguera”, los bailarines chilenos y argentinos se sumaron al ritmo de los colombianos; sobre todo entre los argentinos caló la sonoridad colombiana puesto que en sus espectáculos el mambo y el Caribe son constantes.
Fue una escena que el público celebró y acompañó con sus palmas y bailes. Todos los artistas cerraron la fiesta juntos. Una de las bailarinas chilenas alzó una bandera de su país que decía “Vamos 33”. A esa hora todos mineros estaban rescatados.
Entre el público destacó un grupo que aprovechó el concierto de apertura para demandar que no se cambie el uso del suelo para el predio forestal Granja La Bufa. A ritmo de música, ciudadanos y representantes de organizaciones pidieron: ” Queremos a la Bufa así como esta. La Bufa no se vende. La Bufa se defiende”.
Este año, el Festival Internacional Cervantino ofrecerá 424 funciones a lo largo de 26 días -por única ocasión se ha extendido el programa. Ayer en la mañana se entregó la Presea FIC a la trayectoria artística al maestro Luis Herrera de la Fuente, de manos de la titular del Conaculta, Consuelo Sáizar, y del gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez.
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