México, D.F. / Octubre 7.-
El gobierno federal prepara un paquete de nuevas tarifas eléctricas que vendría a sustituir el actual esquema que utiliza Comisión Federal de Electricidad (CFE), que resulta “difícil de operar” y que ha provocado “desconfianza” entre los más de 34 millones de usuarios con contrato en todo el país.
La Comisión Reguladora de Energía (CRE) entregará a finales de noviembre el Estudio Integral de Tarifas Eléctricas para que el gobierno federal fije el nuevo sistema de cobro y las nuevas tarifas eléctricas que habrán de regir en el país en los próximos años.
Noe Navarrete, comisionado del organismo regulador comento que la “desconfianza” sobre lo que esta cobrando Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el desgastado esquema tarifario que se ha convertido en un “monstruo” de 44 tarifas, obligó a una revisión profunda y detallada sobre la forma y el método que emplea la paraestatal para cobrar el servicio que presta y su impacto sobre millones de clientes insatisfechos.
“Tantas tarifas generar dificultad para entenderlas y eso se ha convertido en un freno para que haya mayores inversiones en el país por sus repercusiones en todo el sector productivo y económico”, abundo el funcionario.
Entrevistado durante el Foro de Regulación Económica del Sector Energético, Navarrete explicó que debido a que el problema constantemente se politiza, el estudio se encargo a un tercero, para que ni partidos políticos ni autoridades o gobierno federal intervinieran.
El estudio fue encargado al despacho de consultoría argentino, Mercados Energéticos.
Aclaró que las líneas de acción y los tiempos que arroje el estudio, necesariamente se van a ver reflejados tanto en las futuras tarifas como en la forma como se distribuyan los subsidios, pero corresponderá a las autoridades competentes y al Congreso determinar cuanto se tenga que cobrar y a partir de cuando.
El comisionado de la CRE reveló que desde 2008, por mandato del Congreso, se trabaja en el nuevo esquema tarifario ante las constantes quejas de usuarios y la poca claridad como CFE viene cobrando el servicio y como refleja sus costos de producción en lo que cobra a industrias, comercios, servicios, sector agrícola y usuarios domésticos.
Tampoco hay claridad en la forma de distribuir los cuantiosos subsidios que en los últimos 11 años superan el billón 38 mil millones de pesos (incluyendo los mas de 90 mil millones previstos para 2011).
Reiteró que el esquema actual esta llegando al tope, a un límite y necesitar ser modernizado, aunque aclaró que el estudio integral “no será algo que se tenga que aplicar inmediatamente”.
La electricidad, añadió, cumple dos objetivos; contribuye al desarrollo industrial, pero también al desarrollo social y si quieres medir la pobreza tienes que medir si una familia tiene el servicio o no, porque no es lo mismo una casa, por pobre que sea, con luz y sin luz.
Consideró que el estudio va a abrir un debate intenso entre todos los sectores de la economía, porque lo que tiene que quedar claro en este trabajo es “sacar los costos de producción, porque cuando ya tienes los costos de producción de una empresa, puedes determinar cual es la tarifa a aplicar”.
Al respecto, la secretaria de Energía, Georgina Kessel Martínez, señala en su Cuarto Informe de Labores que la política tarifaría de la actual administración ha estado encaminada a fomentar niveles tarifarios que cubran costos relacionados con una operación eficiente de CFE, para mejorar la competitividad del servicio.
Explica que el Estudio Integral de Tarifas Eléctricas esta conceptualizado para evaluar el esquema actual y proporcionar elementos que permitan impulsar tarifas basadas en costos económicos y financieros eficientes.
Actualmente, 75% de las tarifas se rigen por los aumentos en el costo de los combustibles que se utilizan para generar electricidad como el gas natural, el combustoleo y el diesel, entre otros.
La dirección de CFE argumenta que la fijación de las tarifas es un mecanismo importante en la formulación de la política energética del país y que por ello “se ha trabajado en una estructura tarifaria que envié señales apropiadas de eficiencia económica y promueva el uso eficiente de la energía eléctrica, sin perder de vista el objetivo de alcanzar un precio que permita el sano crecimiento de la empresa y que le genere los recursos que requiere par financiar los proyectos de expansión de su infraestructura eléctrica”.
Sin embargo y pesar de los aumentos a las tarifas, en 15 años consecutivos ese objetivo no se ha alcanzado.
En 1995, la tarifa promedio que se cobraba a los usuarios era de 0.28 pesos por kilowatt-hora y los subsidios destinados las dos empresa encargadas de prestar el servicio (CFE y LyFC) ascendía a 17 mil 466 millones de pesos. En ese año, las tarifas eran deficitarias en 31%, es decir, no alcanzaban a cubrir los costos de producción.
Para 2010, el precio del mismo kilowatt-hora es de un peso con 35 centavos, 4.8 veces más de lo que se cobraba hace una década y medio en tanto que los subsidios podrían alcanzar los 100 mil millones de pesos al cierre del año (en 2008, llegaron a 148 mil 521 millones de pesos).
Además, hoy al igual que en 1995, la tarifa promedio sigue siendo deficitaria en 30%, de ahí la necesidad de revisar la utilidad del esquema que ha significado mayor gasto para millones de usuarios, pero nulo efecto para las finanzas de CFE.
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