Hace días el cómico con chistes de cantina, Teo González, conocido como “el de la cola de caballo”, se presentó en los terrenos de la feria de Nuevo Laredo. Para ser mas exactos: en el teatro del pueblo, porque hasta los mismos organizadores no consideraron que tuviera el nivel para otro recinto.
Así, entre polvaredas y un calor atroz, González deleitó a la raza que pagó la entrada a la feria y que, a cambio, tenía el derecho de presenciar el show del artista en turno en el teatro del pueblo.
El cómico saltó a la fama a través de los programas de risa de Televisa, pero fuera de la pantalla siempre se presenta en centros nocturnos, bares y, algunas ocasiones cuando mejor le va, en el deteriorado Teatro Reynosa.
Pero al señor Teo las fiestas del bicentenario le hicieron justicia. Aunque ustedes no lo crean, pisará el escenario de la sala principal del Centro Cultural Reynosa unos días después de la actuación del mundialmente reconocido Ballet Bolshoi, de Bielorrusia, quien inaugurará el Festival Internacional Tamaulipas.
No se trata de una campaña contra el cómico “de la cola de caballo” para evitar que trabaje y lleve el pan a sus hijos, claro que no, pero creo que es momento de levantar la voz para respetar el Centro Cultural Reynosa y definir el tipo de evento que debe entrar al recinto principal.
Porque entonces de qué valieron cientos de millones de pesos para levantar un lugar que los habitantes de Reynosa reclamaban por años, para contribuir a elevar el nivel cultural de esta localidad.
Al ritmo que lleva el majestuoso teatro principal, esperen muy pronto en la prensa la presentación de Sólo para Mujeres, El Conde de Agualeguas y El Costeño, para ir separando para el boleto. ¡Madre mía!
Muy pronto el Centro Cultural Reynosa se convertirá en una carpa. Los colores ya le ayudan.
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