La decisión de última hora del Partido Nueva Alianza (Panal) -el partido de la dinosáurica lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, de no apoyar al PRI y a su candidato al gobierno de Nuevo León-, vino a darle relativa tranquilidad al equipo de campaña y al aspirante del Partido Acción Nacional.
En la mesa de negociaciones y minutos antes del cierre de los registros de las alianzas ante la Comisión Estatal Electoral (CEE), los priistas vieron con mejores ojos la oferta que hizo el Partido del Trabajo, pero sobre todo influyeron los votos que obtuvo el PT en las elecciones de 2006, muy superiores al Panal.
Basta con ver los sufragios ese año del partido de izquierda cuyo dueño desde hace varias décadas es el senador Alberto Anaya (antes diputado federal, luego de nuevo senador, después diputado federal, otra vez senador), quien a nivel federal respalda al ex perredista Andrés Manuel López Obrador.
Según cifras oficiales de la CEE, en los comicios de hace tres años cuando se renovaron las alcaldías de Nuevo León, en Monterrey el PT obtuvo 25 mil 874 votos por 11 mil 257 del Panal, cuando el ganador fue el panista Adalberto Madero Quiroga.
En San Nicolás de los Garza, por su parte, los petistas alcanzaron la cifra de 12 mil 382 votos contra 9 mil 285 del Panal, aclarando que en esas elecciones los primeros iban en alianza con el PRD, aunque siendo todavía más claros, la mayoría de las simpatías fueron para el PT porque en Nuevo León los amarillos son inexistentes.
La fuerza del Partido del Trabajo en el Estado sobre las huestes de Elba Esther Gordillo también se reflejó en Guadalupe en 2006, al sumar 23 mil 120 sufragios contra 7 mil 905, respectivamente.
En Apodaca sucedió lo mismo con 6 mil 307 por 4 mil 74 votos, y en Escobedo fueron 6 mil 453 contra 3 mil 47. Pero donde el Panal fue muy superior al PT fue en Santa Catarina con 22 mil 496 por 12 mil 382, respectivamente.
Esas cifras fueron definitorias para que el Partido Revolucionario Institucional decidiera arropar a su candidato a gobernador con los colores amarillo y rojo del Partido del Trabajo, en vez del azul magisterial.
“La acción de la política y de gobernar debe ser incluyente. Y debemos de incluir a todas las fuerzas”, declaró el abanderado del PRI, Medina de la Cruz, a la pregunta que si la comunión del PT con López Obrador podría afectar sus aspiraciones.
A la ruptura del PRI y el Panal también reaccionó Fernando Elizondo Barragán, candidato del PAN: “Sin coalición se da un clima más favorable para nosotros, un clima que propicia más la colaboración de Nueva Alianza con nosotros y en donde es más fácil aspirar a la colaboración y al apoyo de los maestros”.
Para el PRI rumbo al 5 de julio: “mas vale malo por conocido que bueno por conocer”.
hhjimenez63@hotmail.com
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