Guadalajara, Jal. / Mayo 13.-
Para algunos puede resultar inexplicable. Esta noche se puso en juego nada menos que el pase para la gran final del futbol mexicano; la cual, el Rebaño Sagrado no ha vivido desde hace casi cinco años, y a pesar de ello, el estadio Omnilife no se llenó.
De la misma forma en que ocurrió la semana anterior, en el duelo de ida ante los Tigres por el pase a las semifinales, se vieron enormes huecos en las tribunas del inmueble que en la presente Liguilla todavía no pudo reconocer el lleno en sus tribunas, con capacidad para 45 mil aficionados.
Sin embargo, aunque muchos podrán no tener una razón justificable para que Guadalajara no sea capaz de llenar su casa, la respuesta la tienen los revendedores, quienes se quedaron con muchísimos boletos en mano, al colocar en el mercado negro las localidades en precios alucinantes.
Los más baratos, que en la taquilla del estadio tuvieron un precio de 150 pesos, los renegociantes los ofrecían dos días antes del partido con un incremento de hasta 400%, algo a lo que muy pocos aficionados se arriesgaron a pagar.
Lo increíble del caso es que en reiteradas ocasiones, Chivas anunció la venta total de los boletos mediante sus redes sociales. A pesar de ello, el estadio no se llenó, y la respuesta a esta discrepancia se encuentra en los revendedores, quienes se quedaron con cientos de boletos de la semifinal de ida.
A pesar de la constante manifestación de inconformidad de miles de fanáticos rojiblancos, el Guadalajara instó a sus aficionados a no acudir a la reventa y no ser víctimas de tan desquiciados incrementos: a final de cuentas fue el propio equipo tapatío el que pagó las consecuencias, al no tener su estadio pletórico, tal y como se esperaba para la noche de ayer.
Lamentablemente, el aficionado es el último a quien se le protege en este tipo de casos, que son el pan de cada día cuando se dan duelos con alta expectativa, como fue el caso de esta noche.
Conseguir un boleto para el encuentro se convirtió en un martirio para algunos, quienes al saber que las entradas se pusieron a disposición del público la tarde del lunes, de inmediato se volcaron a conseguirlas, pero como siempre sucede, las más económicas (cabeceras) llegaron más temprano que tarde a manos de los intermediarios, que a través de sitios en internet anunciaron la venta de dichos boletos con precios muy por arriba de los 150 pesos que costaban originalmente y aunque al final se anunció una asistencia de 40 mil espectadores, el coloso no se llenó.