Resulta irónico. Mientras se celebra a los mártires de Chicago -un grupo de héroes importados-, en México el hambre y la falta de dinero en la bolsa denuncian que no hay trabajo.
Irónico también resulta que cuando en México se realizan matanzas a diestra y siniestra, nuestro presidente Felipe Calderón está en Roma, celebrando la beatificación de Juan Pablo II. En lo personal también celebro esta beatificación, pero por televisión y sin gasto al erario.
No deseo ser aguafiestas, pero hay que celebrar cuando la oportunidad así lo permite.
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