Ciudad del Vaticano/ Abril 30.-
Entre cantos, testimonios, enlaces con cinco templos del mundo y la lectura de los misterios del Santo Rosario, transcurrió la Vigilia de Oración en memoria de Juan Pablo II que se llevó a cabo en el Circo Máximo de Roma.
Se estima que unos 200 mil fieles se dieron cita a esta celebración a la memoria del Papa que mañana domingo a las 10:00 horas será beatificado por su sucesor Benedicto XVI, en una ceremonia que se llevará a cabo en Plaza de San Pedro.
A seis años de su partida, la gente no ha olvidado el carisma del Papa polaco quien, podría decirse, estuvo presente en espíritu durante este evento masivo gracias a las imágenes proyectadas de diferentes momentos de su pontificado.
Los presentes escucharon los testimonios de Joaquín Navarro Vals, jefe de prensa de Juan Pablo II, del Cardenal Stanislaw Dziwiz, su secretario particular y de la religiosa francesa Marie Simon Pierre, cuya curación fue el milagro atribuido al Papa polaco.
En esta vigilia de oración, participó también el Coro de la Diócesis de Roma, acompañado por la Orquesta del Conservatorio de Santa Cecilia, bajo la batuta de monseñor Marco Frisina.
Durante la vigilia se entonó el himno “Abrid las puertas a Cristo”, inspirado en la frase que se ha convertido en la máxima del pontífice. En seguida, el cardenal vicario Agostino Vallini realizó la introducción a la lectura de los cinco misterios de luz.
Cuando se realizó la lectura del Santo Rosario, se eligieron a seis diferentes lectores para que dijeran las intenciones en italiano, francés, inglés, alemán, español y polaco.
El primer enlace fue con el Santuario de Lagniewniki en Cracovia, que fue elegido para iniciar con el primer misterio cuya intención fue la oración por los jóvenes.
El segundo misterio se leyó en el enlace con el Santuario de Kawekano-Bugando en Yanzania, donde se realizaron peticiones por la familia.
El tercer misterio se llevó a cabo en Notre Dame de el Líbano, y la petición fue que el evangelio llegue a todos los pueblos.
Para el cuarto misterio, se hizo la conexión con la Basílica de Guadalupe en México, en donde se pidió porque exista paz y esperanza en todos los pueblos.
El último enlace se realizó en el Santuario de Fátima, y la intención por la que los fieles hicieron su petición fue por La Iglesia.
Para concluir con la vigilia, el Papa Benedicto XVI dirigió la oración final e impartió la bendición a los miles de peregrinos que se congregaron en el Circo Máximo para participar en la espera de la gran celebración que se realizará mañana el día en que Karol Wojtyla sea reconocido como beato.
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