México, D.F. / Mayo 1.-
El 13 de mayo de 1981, un atentado que casi le cuesta la vida al papa Juan Pablo II conmocionó al mundo. Mehmet Ali Agca, un turco que aseguró haber recibido entrenamiento en armas en Bulgaria, disparó contra el Pontífice durante uno de sus tradicionales recorridos de los miércoles en la Plaza de San Pedro en un vehículo descapotado.
Juan Pablo II fue alcanzado por tres balas, una de las cuales se incrustó en el estómago. Dos de sus ayudantes también resultaron lesionados. La cirugía se prolongó por más de cinco horas, en las cuales se le practicó una colostomía, y el Pontífice tuvo que permanecer hospitalizado dos meses y medio.
Juan Pablo II siempre dijo que la Virgen de Fátima lo salvó. Después de aquel ataque se ideó el “papamóvil” cerrado con ventanas transparentes, para protegerlo y que, al mismo tiempo, pudiera ver y saludar a la gente.
Agca fue arrestado por la policía italiana y sentenciado a cadena perpetua en julio de 1981. Pero hasta hoy, los motivos que lo llevaron a atacar al Papa no están del todo claros. Primero, Agca aseguró haber actuado solo; después argumentó que pertenecía a un grupo militante palestino; incluso llegó a decir que era un “nuevo mesías”.
La comisión Mitrokhin, establecida en 2002 por el Parlamento italiano para investigar el atentado, concluyó que los servicios secretos búlgaros y la KGB soviética estuvieron detrás del complot. El argumento era que el apoyo de Juan Pablo II al movimiento Solidaridad en su nativa Polonia amenazaba la hegemonía soviética en Europa del este. Rusia y Bulgaria rechazaron el reporte de la comisión. Tiempo después, el turco acusó al secretario de Estado del Vaticano, Agustino Casaroli, de orquestar la agresión. Y el último líder comunista de Polonia, general Wojciech Jaruzelski, afirmó que el intento de asesinato contra el Papa fue orquestado por los terroristas islámicos.
Juan Pablo II otorgó a Agca el perdón en 1983, cuando lo visitó en prisión. El turco, perdonado por el presidente italiano Carlo Ciampi en el año 2000 y extraditado a Turquía para cumplir otra sentencia por el asesinato (1979), de Abdi Ipeki, editor de un diario, fue liberado en enero de 2010.
El 12 de mayo de 1982, un sacerdote integrista español, Juan Fernández Krohn, intentó agredir a Juan Pablo II con una bayoneta durante la visita del Papa al santuario de Fátima, en Portugal. Aunque la versión oficial es que Krohn no logró su objetivo, el cardenal Stanislaw Dzwisz afirmó que Juan Pablo II sí resultó herido, aunque levemente, y que optó por mantener en silencio aquella agresión.
Krohn, sentenciado a seis años de prisión, de los cuales sólo cumplió tres, expresó su oposición a las reformas derivadas del Segundo Concilio vaticano y acusó al Papa de ser un “agente secreto” del comunismo que buscaba corromper al Vaticano. Atendido por problemas mentales, Krohn fue expulsado de Portugal y abandonó el sacerdocio.
El primer intento de agresión que se tiene registrado contra Juan Pablo II data de 1979, cuando eligió a República Dominicana y México como el destino de su primer viaje al extranjero como Pontífice. Días antes de su visita a la Basílica de Guadalupe, la policía detuvo a Fernando Álvarez Tejada, a quien se le encontró un maletín con artefactos explosivos y quien confesó ser partícipe “de un complot para asesinar al Papa”.
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