Ciudad del Vaticano / Abril 28.-
El Papa Juan Pablo II abrió los horizontes de México a la superación de sus limitaciones y con ello se ganó el cariño del pueblo mexicano, afirmó su vocero por más de 20 años, el español Joaquín Navarro Valls.
En entrevista con Notimex, en vísperas de la beatificación del Papa polaco el próximo 1 de mayo, Navarro Valls aseguró que Karol Wojtyla se sintió cómodo en tierras mexicanas sobre todo por el amor y el entusiasmo de sus habitantes.
“El Papa dijo a los mexicanos: vosotros sois superiores como seres humanos a lo que vosotros pensáis de vosotros mismos, podéis hacer mucho. Es decir le abrió horizontes, le descubrió al pueblo mexicano los horizontes reales de cómo eran de verdad”, dijo.
“Yo creo que lo entendieron. El pueblo mexicano respondió como tenía que haber respondido, yo me acuerdo que México fue uno de los países de Latinoamérica en donde más veces estuvo (Juan Pablo II), lo visitó en cinco ocasiones y casi recorrió todo el país”, enfatizó.
Según el ex director de la sala de prensa vaticana, Juan Pablo II consideraba como “surreal” la situación en el país en sus primeros viajes, sobre todo porque la Constitución no reconocía a la Iglesia católica, él mismo no podía vestir de sacerdote cuando “el 150 por ciento de la gente era guadalupana”.
El cardenal Roberto Tucci –durante años el organizador de los viajes papales- recordó por su parte el bullicio que causaban los mexicanos en cada lugar donde se presentaba el Papa.
En entrevista Tucci destacó que tanto en El Vaticano como en la residencia de Castelgandolfo, cada vez que Juan Pablo II pronunciaba la palabra México se desataba el escándalo cuando, si se miraba bien, tal vez eran sólo 20 personas presentes pero daban la impresión de una multitud.
“Cuando íbamos a México yo tenía que pedirle a la policía cerrar la calle delante de la nunciatura porque no dejaban dormir al Papa, si veían una luz inmediatamente comenzaban a cantar las mañanitas, no importaba si era la madrugada”, relató.
“Nosotros nos levantábamos temprano, los encargados del servicio y teníamos que andar a oscuras porque si encendíamos una sola habitación automáticamente cantaban una serenata”, apuntó.
Asimismo la periodista española Paloma Gómez Borrero, quien siguió al pontífice en todos sus viajes internacionales, aseguró que fue el pueblo mexicano el responsable de haber conquistado el cariño de Wojtyla.
Rememoró el detalle de los espejitos dirigidos hacia el avión papal para despedirse en las visitas apostólicas, un gesto que sólo México se lo brindó y del cual todos los que viajaban en la aeronave se dieron cuenta.
“El ya en los últimos viajes los esperaba, esperaba los espejitos, en el último viaje fue impresionante porque eran como estrellas que querían atravesar el avión. El sólo exclamó: ¡qué pueblo, qué extraordinario pueblo!”, afirmó.
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