México, D.F. / Marzo 15.-
Eric aceptó dejar todo para buscar esa libertad. Ambos recorren los vagones del Metro capitalino trabajando de “faquires” donde los vidrios son su herramienta indispensable, pero también es el arma que les marca el cuerpo a cambio de unas monedas, “es mas chido que te salga un poco de sangre por que así te dan hasta 10 varos”, expresa El Checo, mientras rompe botellas que recogieron de cualquier bote de basura.
Cuando entran al vagón dejan caer el cacho de tela que contiene los vidrios sobre los que se recostarán y uno de ellos empieza a explicar a la gente por qué hacen esto y lo que necesitan, pero sin olvidar hacer una recomendación antes “si usted tiene hijos, recuerde, no golpes, no maltratos, no insultos, para que ellos el día de mañana no salgan a la calle, por que en la calle se sufren hambre, ríos, maltratos, peleas entre pandilleros, mal admiraciones de la gente y muchas cosas más”.
Seguramente El Checo y Bin Laden sufren todo esto, pero a fin de cuentas ellos dicen ser libres.
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