Guadalajara, Jal. / Julio 30
Por fin llegó el día que tanto ha anhelado Jorge Vergara y la dirigencia del Guadalajara, que apuntarán el 30 de julio de 2010 como la fecha en que hicieron realidad el sueño de inaugurar su nuevo estadio, su creación, la casa de las Chivas, luego de 50 años de vivir en el estadio Jalisco.
Es el momento de abrir las puertas a uno de los inmuebles más modernos y funcionales de México, con un duelo futbolístico de primer nivel, a la altura de lo que será este magno open house.
El Manchester United viajó hasta Guadalajara para ser copartícipe de esta fiesta organizada por los rojiblancos, y enfundado en los colores de los Red Devils aparecerá el que, sin duda, es el último gran ídolo de la afición rojiblanca, y también ídolo en ciernes para su nuevo club: Javier Chicharito Hernández.
Apenas han pasado unas cuantas horas de su magistral debut como delantero del ManU y poco a poco va asimilando su actualidad: debutó convirtiendo un gol y enfrentando en la inauguración del nuevo estadio al equipo que le brindó la oportunidad de encumbrarse en lo más alto del balompié mexicano.
La espera fue larga y los inconvenientes muchos: fueron siete años los que tuvieron que transcurrir para que el estadio Omnilife abriera sus puertas a la afición de las Chivas, una población que había perdido la fe en que esta obra pudiera llegar a ser realidad, que en su momento aquellos que adquirieron sus palcos para este coloso que hoy se inaugura decidieron dar marcha atrás, que fue, incluso, motivo de mofa para la grey chiva, sobre todo viniendo de sus dos acérrimos rivales futbolísticos.
Sin embargo, en el interior del plantel del Guadalajara nunca perdieron esa confianza de que algún día estrenarían nuevo hogar, no dejaron de creer en que esta obra alcanzaría su inauguración, como lo sostuvo Héctor Reynoso, quien siempre vio que el nuevo estadio rojiblanco sería terminado.
“No [dudé que me iría de Chivas sin verlo terminado], porque tenía contrato todavía”, dijo entre risas el nuevo capitán del Rebaño Sagrado, quien admitió que mantuvo firme su sueño de ver culminado este inmueble y jugar en él defendiendo los colores del equipo de su vida.
“Nunca lo dudé, siempre visualizo cosas positivas en mi carrera y esta era una de ellas; hoy en día espero cumplir ese sueño”, auguró Reynoso.
Otro que tampoco dudó fue el mismísimo creador intelectual de esta obra, Jorge Carlos Vergara Madrigal, quien a unas cuantas horas de cortar el listón con el cotejo entre sus Chivas y los Diablos Rojos, admite que a pesar de todas las vicisitudes que tuvo este estadio desde su concepción, nunca dejó de sentirse orgulloso por su obra, que hoy, por fin, puede ver culminada.
“Es el mismo orgullo y la misma emoción, porque a final de cuentas, los retos que te trazas en la vida hay que sacarlos adelante y lograrlos. Si los obstáculos son mayores o menores, no cambia la emoción y el orgullo por lograrlos”, admitió el polémico directivo.
Esta obra que hoy empieza a escribir una nueva historia en el balompié mexicano beneficiará, según Vergara Madrigal, a todos los estratos dentro de la sociedad tapatía.
“Lo van a ver y los hechos van a demostrar lo importante que es y lo trascendental que es el hecho de que Chivas tenga su casa propia, y que no tengan que compartir con nadie, que será una casa de primer nivel y todo lo que va a venir a generar en Guadalajara, y será todo un acontecimiento para todas las áreas de la ciudad, no sólo para la deportiva, sino para la cultural y la económica. Va a ayudar muchísimo a todas esas áreas”, añadió.
Una larga espera para la afición de las Chivas ha terminado: hoy estrenarán su nuevo templo ante el Manchester United. El estadio tiene capacidad para 45 mil 500 aficionados cómodamente sentados, un campo que será el primero en nuestro país en utilizar pasto sintético de séptima generación para la práctica profesional del futbol, un lugar que el pueblo rojiblanco espera con los brazos abiertos, una casa para el Guadalajara, exclusivamente para el Rebaño.
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