Puebla, Pue. / Julio 18.-
El silencio mata. Con esta frase, Irineo Mujica Arzate resumió la represión y el abuso de poder que padeció luego de que agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y elementos de la Policía Municipal de Puebla lo agredieron.
El periodista michoacano y activista continuó con su huelga de hambre para exigir respeto a los derechos humanos. Permaneció desde el sábado en la sede de la Estación Migratoria en Puebla, con una cartulina que dice: “Huelga de hambre, el INM me robó y golpeó”.
Para la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) resulta prematuro aseverar que las garantías elementales del informador fueron vulneradas, pese a que policías lo aprehendieron —la tarde del sábado— con uso de violencia por el supuesto delito de alterar el orden público al iniciar un ayuno.
En entrevista, Miguel Montes Pérez, visitador adjunto, admitió que el organismo desconocía el hecho.
Aclaró que el pasado viernes, cuando Mujica fue golpeado e insultado por agentes del INM, además de ser despojado de su cámara de video, documentos personales, 9 mil 830 pesos en efectivo y su teléfono móvil, la CEDH recibió el reporte a través de la sede nacional.
No obstante, sobre la última agresión que recibió podría ameritar que las comisiones local y nacional atraigan el caso para formalizar una recomendación moral.
El antecedente
Irineo Mujica y Juan de Dios García Davish realizaban un documental sobre la travesía de los migrantes centroamericanos que pretenden cruzar la frontera norte de México para ingresar a Estados Unidos.
El viernes, agentes del INM desplegaron un operativo en la comunidad de San Antonio Xicotenco, municipio de Soltepec. En el tren viajaban unos 70 migrantes.
Mujica capturó imágenes que presumiblemente evidencian el maltrato que los funcionarios dieron a los indocumentados, lo que despertó la ira del INM.
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