Washington, E.U. / Abril 11.-
La subsecretaria de Estado adjunta para México y Canadá, Roberta Jacobson, reconoció que hablar del impacto, o del temor de que la violencia de los cárteles de la droga cruce la frontera estadounidense, es hoy “una falacia” porque éste problema ya se encuentra dentro del país.
“Si vemos el mapa de la agencia antinarcóticos DEA, donde operan los cárteles de la droga mexicanos en EU, hoy hay más de 230 ciudades impactadas por los cárteles. Así que ésta no es una crisis que sólo afecta a la frontera.
“Es una crisis que afecta a nuestras ciudades en todo el país”, aseguró Jacobson al hablar de la nueva fase de cooperación entre Estados Unidos y sus aliados en el Hemisferio para hacer frente a la amenaza común de los cárteles de la droga, en el marco de un foro organizado por la Red Nacional Demócrata (NDN por sus siglas en inglés) en esta capital.
“Hoy todos compartimos el mismo problema”, dijo Jacobson al poner énfasis en la naturaleza de una amenaza de carácter transnacional, con presencia en casi todo el hemisferio.
Esto, aseguró, nos obliga hoy a ser más “flexibles” para adaptarnos y enfrentar a organizaciones que “son mucho más ágiles y con una gran capacidad para traspasar fronteras”.
La funcionaria consideró que, en el caso específico de México, los progresos registrados en la lucha contra los cárteles, aunque importantes, han resultado “dispares”.
Jacobson reconoció que, si bien, el gobierno mexicano ha conseguido grandes avances en la formación de su policía federal, o asestar importantes golpes contra los cabecillas del crimen organizado, las reformas institucionales han avanzado más lentamente de lo deseado, particularmente en el ámbito de la justicia:
“La reforma judicial ha sido un área que ha sido excepcionalmente difícil de abordar y tomará aún un largo tiempo”, consideró Jacobson al reconocer que, en la nueva fase de la Iniciativa Mérida, donde lo que pretende es el fortalecimiento de las instituciones fuertes y de sociedades menos permeables al crimen organizado, los logros “tomarán más tiempo” y los resultados “no serán tan obvios o rápidos”.
La funcionaria del Departamento de Estado aseguró que, en este contexto, el futuro de los esquemas de cooperación como La Iniciativa Mérida son hoy motivo de una profunda reflexión de la administración Obama que –al igual que sus países aliados en el Hemisferio–, ha llegado al convencimiento sobre la necesidad de regionalizar los esfuerzos y aprovechar las experiencias que han dejado tras de sí el Plan Colombia y la Iniciativa Mérida para perseguir a los cárteles allá donde se escondan, a través de fronteras y mediante estrategias coordinadas en todo el continente.
Jacobson reconoció que una de las principales preocupaciones de Estados Unidos es el triángulo centroamericano que conforman Guatemala, Honduras y El Salvador en donde han encontrado refugio los cárteles mexicanos de la droga.
“Todos reconocemos hoy que, conforme estas organizaciones criminales han enfrentado mayor presión desde México, ha habido un impacto en Centroamérica, especialmente en Guatemala, Honduras y El Salvador. Por eso hemos decidido enfocar ahora nuestros esfuerzos también en América Central, donde el crimen organizado se ha convertido en el principal problema”, señaló Jacobson en referencia al esquema de cooperación conocido como SICA (Central American Integration System).
En este sentido, el embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarhukán, reconoció que los esfuerzos de México y de Estados Unidos contra los carteles de la droga -en particular el descabezamiento de algunos de sus líderes–, ha convertido a Centroamérica en “víctima” de ese éxito.
“La presión que hemos puesto ha provocado éste desplazamiento de los carteles hacia Centroamérica”, dijo Sarhukán quien aseguró que por ello mismo México se ha visto obligado a poner una mayor atención en su frontera sur, para tratar de atajar el contrabando de drogas, armas y personas.
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