Río Bravo, Tam. / Julio 15.-
Silenciosa, el agua del río Bravo ha inundado las comunidades rurales del noreste mexicano y echado a perder toneladas enteras de cultivo, para ser exactos, lo equivalente a mil hectáreas siniestradas.
En el kilómetro 10 de la carretera libre Reynosa-Matamoros que conduce al puente internacional de Nuevo Progreso, la carpeta asfáltica fue literalmente partida para desfogar la creciente del afluente que divide la frontera norte del país con Estados Unidos.
Personas como María Elena Gómez es una de las muchas afectadas, porque se quedaron sin trabajo. Llegaron desde el municipio de Tula para la cosecha de un comestible llamado bombó, el cual se encuentra por completo bajo el agua.
“En la casa somos más de 10 y no tenemos trabajo, tenemos ya más de dos semanas sin trabajar”, dijo.
Para entrar a Nuevo Progreso hay que rodear por la autopista un camino de aproximadamente 50 kilómetros. El acceso se localiza justamente en las casetas de peaje. En el trayecto también es posible observar cómo cantidades inmensas de agua se han engullido los campos de cultivo.
Desde el jueves pasado, trabajadores de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) han hecho más de 10 cortes tanto en la carretera libre, como en la autopista que comunica principalmente las ciudades de Reynosa y Matamoros.
Las poderosas máquinas de excavación parecen ser insuficientes para darle salida a tan enorme cantidad de fluido, pero si no le hubieran abierto a esta llave se estaría hablando quizás de un daño peor.
VIVIENDAS INUNDADAS, FAMILIAS DESPLAZADAS
Con el anuncio de que se abrirían las compuertas de la presa Falcón la alerta continua. Y es que algunas casas ya se encuentran anegadas hasta en dos terceras partes. Permanecer dentro sería un acto suicida.
Los automovilistas simplemente se sorprenden al ver el enorme cuerpo de agua partido por la carretera y fluyendo con bastante fuerza. Sabedores que están ante un desastre natural que amenaza en volverse un problema mayúsculo se toman la foto del recuerdo.
Entretanto, en el kilometro 53 de la misma autopista las maniobras para evitar que el agua alcance más areas agrícolas siguen sin cesar. En este punto se levantó un dique con toneladas de tierra, pero la insistente agua busca la manera de minarlo.
Mas no todo son malas noticias, algunos aprocecharon para sacar la atarraya y ponerse a pescar. Como dice el dicho -adaptado a la situación- a río crecido ganancia de pescadores.
Aún así es impresionante mirar un Bravo extendido sobre grandes canditades de tierra, tal vez así ningún migrante se atreva a cruzarlo de manera ilegal.
DESPLOME COMERCIAL
Por lo pronto, en Progreso, este pequeño pueblo con puente internacional la actividad turística ha decaído drásticamente a causa de las inundaciones.
“No hay gente, no hay nadie, está muerto todo aquí. No pudimos cruzar porque está todo cerrado, el agua subió bastante”, dijo un paseante originario de San Antonio, Texas.
Por su lado, el vendedor de artesanías René Arellano, comentó que “toda la semana ha estado baja la afluencia de clientes porque se está desbordando el río”.
Mientrastanto, desde el cruce fronterizo Reynosa-Pharr, es posible mirar como el agua ya arrasó con pequeñas vecinades de rancheros y que poco le falta para hacer unión con el canal Anzaldúas, algo que ya preocupa. Aproximdamente unos 100 metros lo separan de la peligrosa cresta del Bravo.
Falta estimar a cuánto ascienden los daños por este desastre originado por el agua que trajo el huracán Alex y por la tardía respuesta de la Comisión Nacional del Agua de drenar las presas a tiempo. Y lo peor podría venir en las siguientes horas…
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