México, D.F. / Julio 9.-
Poco a poco, la selección de España ha ahuyentado sus fantasmas, pero si quiere alcanzar el máximo título del balompié tendrá que echar abajo 80 años de historia. Ni más, ni menos.
En las 18 ediciones mundialistas, ninguno de los siete equipos diferentes que a la postre pudieron levantar el trofeo de campeón, fuese el Jules Rimet o la actual Copa FIFA, perdió en su presentación.
“La Furia Roja” al caer sorpresivamente en su debut en el Mundial de Sudáfrica ante Suiza (0-1) se echó encima a la historia de la máxima justa del futbol, que no le será fácil cambiar ante Holanda, que liga 25 partidos sin perder.
El saldo es contundente y puso contra la pared a los dirigidos por Vicente del Bosque, después de sus primeros 90 minutos jugados en Sudáfrica, si se observan las estadísticas.
Los equipos monarcas salieron victoriosos en 16 ocasiones en su primer duelo y varios de forma contundente, como la goleada 8-0 de Uruguay sobre Bolivia, en Brasil 1950, por sólo dos empates de Inglaterra en 1966 e Italia en 1982, curiosamente ambos a cero goles.
Entonces, iniciar con el pie derecho y hasta sin pena ni gloria con empates grises se convirtió en un amuleto infalible para comenzar el sendero que llevó a combinados como Brasil, Argentina o Francia hacia el campeonato mundial. Perder en el primer juego, automáticamente, al menos hasta 2006, se ha convertido en la maldición del descarte para ser aspirante al título.
En el Mundial de 1982, por ejemplo, Alemania perdió en su debut ante Argelia por 2-1 y también sucumbió en la final frente a la escuadra azzurra 3-1.
España en 2010 está obligada a ser la excepción, si quiere poner la primera estrella en su escudo.
En aquel encuentro ante los suizos, los ibéricos presionaron, dominaron, pero se estrellaron contra una pared defensiva que frustraba todos sus intentos de cara al arco rival.
La igualada en el primer tiempo parecía concretarse en el marcador, porque ni Xavi, ni Andrés Iniesta, ni David Villa ni Fernando Torres encontraban el camino hacia el gol de una eventual victoria. Todo se puso en su contra en apenas el inicio de la segunda parte.
Al minuto 52, Gelson Fernandes anotó para poner la losa histórica en los botines de los españoles, que no pudieron vulnerar la cabaña helvética para concretar un empate que no los pusiera a remar contra las pesadas estadísticas de 18 mundiales anteriores.
Sin embargo, los actuales campeones de Europa han tenido en la Copa del Mundo de Sudáfrica, la tierra ideal para comenzar a derrotar todos sus fantasmas en este tipo de justas.
Uno de sus “cocos” mundialistas habían sido los cuartos de final. Cuatro veces España fue eliminada en esta fase por diversas circunstancias que iban desde fallas arbitrales en 1994 y 2002, hasta enfrentarse a la anfitriona Italia en 1934, o quedar fuera en los fatídicos penaltis ante Bélgica en 1986 en el estadio Cuauhtémoc de Puebla.
En 2010, con la suerte de una selección predestinada a quebrar de una vez por todas las condenas negativas de su propio andar en los mundiales, la “Furia Roja” apeló, más que a su futbol, a la fortuna para dejar fuera a Paraguay y acceder a las semifinales.
La falla de un penalti de Óscar Cardozo y el remate de David Villa que pegó en ambos postes para después concretar el único gol del encuentro, la colocó en la antesala de la final.
De igual forma, España superó a Alemania en las semifinales, misma instancia en la que Estados Unidos la echó en la Copa Confederaciones de Sudáfrica, apenas el año pasado.
Ahora les queda un escollo, Holanda, para alcanzar la máxima gloria del futbol internacional. Alzar el título de campeón del mundo significaría cambiar su historia y la de los 18 mundiales jugados hasta ahora. Ni más ni menos.
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