Texas City, N.L. / Julio 6.-
Más de dos meses después de que el crudo derramado de un pozo submarino de BP comenzara a llegar a las costas de Luisiana, algunas bolas de alquitrán han comenzado a aparecer en una playa de Texas, un indicio de que el petróleo ya ha arribado a los cinco estados norteamericanos que tocan el Golfo de México.
La distancia entre el punto más occidental en Texas a donde ha llegado el crudo y el punto más al este en Florida es de unos 885 kilómetros. El petróleo tocó tierra por primera vez el 29 de abril cerca de la boca del río Misisipí.
Los restos de crudo siguen en movimiento, pero no la serie de flotadores colocados para limpiar las zonas más afectadas del Golfo. La presencia de varias tormentas ha agitado demasiado las aguas e impedido la operación de lanchas durante más de una semana en el litoral de Florida, Alabama y Misisipí, aunque las lluvias contas en Texas es mínima comparada con las que han cubierto playas en otros estados, pero fueron suficientes para provocar el traslado de cuadrillas de limpieza y una promesa de la empresa BP PLC de que pagará los daños causados por la fuga causada por una explosión en su plataforma petrolera Deepwater Horizon el 20 de abril.
‘Cualquier zona de la costa de Texas afectada por el derrame de Deepwater será limpiada pronto y BP estará solventando la factura’, aseguró en un comunicado el comisionado de Texas para Tierras, Jerry Patterson.
La presencia del crudo en Texas fue pronosticado el viernes en un análisis de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA) , que estimó un 40% de probabilidades a que el petróleo alcanzara la zona.
‘Sólo era cosa de tiempo para que algo de crudo fuera encontrado en dirección a Texas’, dijo el físico marino Hans Graber, de la Universidad de Miami. Graber es codirector del Centro de Detección Remota Avanzada en el Sureste Tropical.
Unos 18 litros de grumos de alquitrán fueron encontrados el sábado en la península de Bolívar, al noreste de Galveston, Texas, dijo el capitán Marcus Woodring, comandante de la Guardia Costera para el sector Houston-Galveston. Otros 7.5 litros llegaron el domingo a la península y la Isla de Galveston, aunque no se ha comprobado su origen.
Woodring dijo que la consistencia de los grumos señala la posibilidad de que hayan llegado a las aguas de Texas adheridos al casco de navíos que han trabajado en la zona del derrame, en vez de avanzar de forma natural con las corrientes, pero no hubo manera de confirmar la procedencia.
Joe Jaworski, alcalde de Galveston, dijo que las bolas de petróleo son más bien una excepción y no una señal de lo que está por venir.
‘Son buenas noticias’, dijo. ‘El agua se ve bien y creemos, con algo de optimismo y cautela, que se trata de una anomalía’.
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