México, D.F. / Julio 4.-
El clásico de Jimi Hendrix “Purple Haze” fue un aliciente para el surgimiento de un proyecto musical tan ambicioso como Apocalyptica. Eran los inicios de la década de los 90, y cuatro inquietos estudiantes de la Academia Sibelius -una prestigiosa escuela de música ubicada en la ciudad de Helsinki- aceptaron el reto de mostrar una nueva forma de ejecutar y escuchar rock: con cellos.
Cuenta Eicca Topinnen, fundador y líder del cuarteto finlandés, que todo comenzó como un pasatiempo: él y sus amigos solían ejecutar temas de rock clásico en fiestas. “Si podemos tocar ‘Purple Haze’ con el cello, entonces seguro podemos tocar a Metallica”, se dijo. Años después, en 1996, Topinnen y sus compañeros en Apocalyptica acapararon la atención de la crítica musical mundial con un flamante debut discográfico, Plays Metallica by Four Cellos, para el cual grabaron ocho canciones representativas de la legendaria banda estadounidense.
El resultado fue por demás exitoso, y no sólo les permitió ser los creadores de un nuevo estilo, también ser “indirectamente” los responsables de que sus ídolos de toda la vida (Metallica) se animaran a realizar un proyecto como el S&M (1999), luego de que el vocalista James Hetfield cambió su idea de que un género musical como el trash no podía tener arreglos sinfónicos, al escuchar lo realizado por el cuarteto finlandés.
Apocalyptica apostó por los covers, y grabó temas de Sepultura, Pantera y Faith No More en Inquisition Symphony y Cult, pero en 2003, el grupo entró en una nueva etapa y apostó por los temas originales que dieron vida a sus álbumes Reflections, Apocalyptica y Worlds collide.
Topinnen, Perttu Kivilaakso, Paavo Lötjönen y el baterista Mikko Sirén iniciarán la gira promocional de su séptimo álbum, 7th Symphony en la ciudad de México, en donde ofrecerán dos conciertos (el 8 y el 9 de julio en el Teatro Metropólitan). Aunque su nuevo álbum saldrá a la venta el 23 de agosto.
Previo a su esperado regreso a nuestro país, Perttu Kivilaakso hizo una pausa durante sus vacaciones en Tailandia, y charló vía telefónica con KIOSKO de EL UNIVERSAL acerca de su nueva obra.
– ¿Qué sentimiento les produce regresar a México, un país que los recibió con los brazos abiertos desde la primera vez, hace 11 años?
México es un país que realmente amamos (risas). Nos produce sentimientos muy especiales actuar ante el público mexicano, probablemente porque desde la primera vez (en el Teatro Ferrocarrilero) la gente fue muy calurosa con nosotros. Es una audiencia muy entusiasta y muy leal, amamos México, es increíble tener la posibilidad de hacer dos shows.
Aparentemente, nuestros países están en lados opuestos, por el idioma, las costumbres, la gente es muy diferente la una de la otra, pero la música se convierte entonces en un lenguaje común para todos nosotros durante los conciertos.
– ¿Cómo fue el proceso de creación de su álbum “7th Simphony”?
No fue fácil, porque lanzamos un disco muy poderoso como Worlds collide (2007), así que cuando empezamos a escribir éste sabíamos que nos enfrentábamos al problema de superarlo.
No teníamos muy clara la visión de cómo lo lograríamos, qué es lo que buscábamos. Este álbum suena mucho más brutal, hay varios elementos de distorsión, pero también tiene momentos tranquilos.
En resumen, 7th Symphony es una combinación muy buena de todo lo que hace posible el cello.
– Para la canción “End of me” reclutaron a Gavin Rossdale (Bush), ¿cómo fue la experiencia de trabajar con él?
Gavin es un tipo muy agradable. Lo conocimos hace años, cuando hicimos un remix de la canción de Bush “Letting the cables sleep”, en 1999.
Fue fácil de convencerlo (risas), sabíamos que él traería un sonido moderno a nuestra música, y necesitábamos un vocalista que pudiera contar una historia que la gente creyera cuando la escuchara.
– Hablando de colaboraciones, han tenido la fortuna de tener invitados como Nina Hagen, Max Cavalera, Corey Taylor, y muchos otros, ¿algún día habrá una con James Hetfield?
¡También nosotros estamos esperando esa colaboración con James Hetfield! (risas). Sería algo increíble, pero bueno… no sabemos, probablemente un día. Habrá que preguntarle si quiere hacerlo.
– Tu padre te enseñó a tocar el cello a los 5 años, ¿cuál fue su reacción cuando le dijiste que en lugar de tocar música clásica te unirías a una banda de rock?
Uno de los mejores maestros que tuve fue mi padre. Mi llegada a Apocalyptica fue algo inesperado, estaba muy concentrado en la música clásica, pero sentí que quería adentrarme en algo nuevo, y esta era una gran oportunidad de meterme de lleno en la música, desarrollar nuevas técnicas de ejecución, incluso tener un nivel diferente al que tienen el resto de los músicos en el conservatorio.
Mi padre no es precisamente el fan más grande del metal, pero ha apoya al grupo porque ha visto nuestro entusiasmo y que hemos trabajado duro.
Ha ido a muchos de nuestros conciertos, quizá siente que no es el medio, pero aprecia nuestra música, y está feliz de vernos convertidos en profesionales.
– Nunca he visto a nadie hacer “headbangging” (agitar la cabeza) como ustedes, ¿realizan algún calentamiento antes de cada concierto?
(Risas). Duele muchísimo, ¡pero me encanta! Hacer headbangging es algo natural que surge cuando escuchas este tipo de música (metal), es algo inevitable.
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