Ciudad del Vaticano / Junio 29.-
El Papa Benedicto XVI reconoció hoy la existencia de “amenazas” a la Iglesia católica como la infidelidad, incoherencia y división, pero aseguró que no prevalecerán sobre ella.
En la misa de investidura con el palio a 38 nuevos arzobispos del mundo, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, advirtió sobre otros “peligros” como el egoísmo, la vanidad, el orgullo y el aferrarse al dinero que pueden contagiar a la comunidad cristiana.
“Si pensamos en los dos mil años de historia de la Iglesia, podemos observar que no faltaron jamás las pruebas para los cristianos, que en algunos periodos y lugares asumieron el carácter de verdaderas y propias persecuciones”, afirmó.
Advirtió que uno de los efectos típicos de la acción del “maligno” es la división al interior de la comunidad eclesial, porque las divisiones son síntomas de la fuerza del pecado que continua a actuar en los miembros de la Iglesia.
“Existe una garantía de libertad asegurada por Dios a la Iglesia, libertad sea de los lazos materiales que buscan impedir y coartar la misión, sea de los males espirituales y morales, que pueden quebrar la autenticidad y la credibilidad”, ponderó.
Indicó que esta libertad asegura la autonomía a las conferencias episcopales respecto a los poderes locales, nacionales y supranacionales, que pueden en ciertas ocasiones obstaculizar la misión eclesial.
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