México, D.F. / Junio 26.-
La actriz Rosita Pelayo es una “loba antigua” en el mar de la actuación. Sus múltiples personajes en televisión, cine y teatro la han puesto en la mira de propios y extraños, quienes la miran con respeto.
Quién no la recuerda en el programa “Cachún, cachún, ra ra” (1982-1987), o telenovelas como “La fea más bella” (2006) o en películas como “Los apuros de un mojado (1999) o en teatro en “La Orestiada” (2010); aquí apenas un pequeño atisbo a esta actriz todoterreno.
—Con tu experiencia, ¿es fácil aceptar papeles arriesgados?
—Pues como dicen, “flojita y cooperando”; así me pongo, porque en primer lugar si está bien o está mal, tú tienes que creer; creer en ti y en los que están junto de ti.
—¿Cómo armas tus personajes?
— Primero hago caso de mi director; tenemos que ir a una micha de lo que él ve y lo que yo veo, y así me preparo. Y nunca dejas de aprender; hasta de lo que te equivocas dejas de aprender… y descubres cosas, eso es lo bonito de la actuación.
—¿Cuál es tu personaje más querido?
—Es que tengo muchos, en la televisión tengo unos, en el teatro otros; hay proyectos que les tuve un gran cariño y un gran recuerdo. En el teatro los musicales como A Chorus Line, El diluvio que viene, cuando estuve en Cachún…; cuando estuve haciendo El Avaro con Rafael Inclán.
—¿Has llevado tu carrera como has querido o te ha llevado ella?
—Pues creo que también como me ha llevado; porque sí ha habido cosas que las he decidido por mí, pero hay cosas que tomo la decisión porque te han llegado. Y además es jugarle a la lotería porque no sabes si tú le estás apostando a un proyecto que crees que funcionará y no es cierto, porque me ha pasado.
—¿Qué hay en tu horizonte?
— Como siempre he dicho, uno es feliz si tienes un trabajo que te gusta. Yo me considero afortunada porque hago lo que quiero y me pagan, me divierto y me río.
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