Temoaya, Edomex. / Marzo 25.-
Los sueños de Érik “Terrible” Morales están por encima de los tres mil metros sobre el nivel del mar de Temoaya, Estado de México, donde se ubica el Centro Ceremonial Otomí, lugar donde se concentró por más de dos meses como parte de su preparación para medirse ante el argentino Marcos Maidana, ante quien expondrá el fajín de plata superligero el próximo 9 de abril en Las Vegas.
Morales tiene el objetivo de convertirse en el primer peleador mexicano en ganar cuatro títulos mundiales en diferente división, luego de que ya ha sido jerarca supergallo, pluma y superpluma y ahora tiene la mira en el superligero.
Este jueves, allá en las montañas de Temoaya, donde no entran las llamadas de celular y la paz de la vegetación le permitió entrenarse a conciencia, Erik dio una demostración de la buena forma física y mental que ha adquirido para este importante duelo.
“Me juego todo, debo ganar para lograr mi objetivo, porque de lo contrario todo se vendría abajo”, afirma el tijuanense.
Al “Terrible” se le notó en buena forma física, con el rostro afilado, sin esas “llantitas” que lo han acompañado en sus más recientes combates, cosa que agradece a la dieta que lleva y al trabajo alejado de todas las distracciones.
Su plan nutricional, reveló, ha sido a base verduras, arroz y pollo. Después de una extenuante sesión de ejercicios, Morales se “premia” con un filete de ternera una vez a la semana. “No ha sido una dieta muy rígida, porque he comido pequeñas cantidades de alimentos saludables, combinado con un entrenamiento muy duro para quemar lo que estoy ingiriendo”.
En el Centro Ceremonial Otomí no abundan las comodidades, más bien es un reencuentro con lo natural, con las raíces, sólo un televisor y grabadora, pero sin teléfonos ni internet, las camas de madera son buenas para relajar la espalda.
De su rival, dijo que todo mundo le comenta que pega muy fuerte “pero no le temo, porque he hecho una de las mejores preparaciones de mi carrera y llegaré al combate con el deseo de hacer algo grande”. La próxima semana Morales abandona su cuartel en las montañas mexiquenses para viajar a Las Vegas.
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