Johannesburgo, Sud. / Junio 17.-
No dejan de decirme que jugamos mucho por la banda izquierda. No olviden que siempre hay un rival enfrente y que, por tanto, nos adaptamos a él y a sus puntos débiles. Eso es todo”.
La explicación práctica de Raymond Domenech no deja de ser coherente. Sin embargo, da la impresión de que, desde hace varios años, la selección de Francia vuelca su juego especialmente por la izquierda.
Lo que está claro es que los números hablan por sí solos: frente a Uruguay, en su estreno en el Grupo A de esta Copa Mundial de la FIFA 2010, los Bleus atacaron siete veces por la izquierda, frente a dos incursiones únicamente por la derecha. Los jugadores que más veces conectaron fueron Patrice Evra y Franck Ribéry (23), Abidal y Evra (22), Evra y Diaby (21); es decir, todo por la banda izquierda.
Esa tendencia “izquierdista”, que ya quedó patente en Alemania 2006, se acentuó después de la olvidable Eurocopa 2008. Todo apuntaba a que Florent Malouda se convertiría en el principal centrador del equipo. En septiembre, no obstante, en vísperas de un Austria-Francia donde estaba en juego la supervivencia, el centrocampista del Chelsea fue descartado. Entonces, Thierry Henry se desplazó del centro hacia la banda izquierda, donde iba a pasarse una buena temporada. Y es que, durante ese tiempo, Malouda ya no era indiscutible en Stamford Bridge, y perdió su puesto en la plantilla gala hasta noviembre del año siguiente.
Ribéry también prefiere la izquierda
Un periodo en el que Henry dio una de cal y otra de arena en esa posición, en la que llevaba sin jugar desde sus comienzos en el Mónaco. Pese a brillar ante Serbia (2-1), Túnez (3-1) y en la visita a la República de Irlanda (0-1), el barcelonista no se sintió cómodo en la mayoría de los demás partidos. Para complicar aún más el rompecabezas, resulta que Franck Ribéry también prefiere la banda izquierda, en la que resplandece con luz propia en el Bayern.
En la preparación para Sudáfrica 2010, el seleccionador francés reveló su deseo de hacer evolucionar el 4-2-3-1 hacia un 4-3-3, con Malouda en la medular y Ribéry arriba. Pero después del partido contra Túnez, Domenech dejaba la puerta abierta: “Ha habido momentos muy interesantes en la creación ofensiva, y otros más delicados en la recuperación y en las transiciones defensivas. Es algo ligado al sistema. Hay formas de reequilibrar los dos. Ya lo dije; el 4-3-3 es una opción, lo que no quiere decir que sea el sistema con el que se vaya hasta el final”.
Hay que resaltar que Malouda no jugó contra Uruguay en el partido inaugural, sino que lo hizo en su lugar Abou Diaby.
Bascular y variar
La aportación del medio centro del Arsenal resultó innegable. En cambio, el rendimiento de Ribéry por la izquierda dejó insatisfechos a los analistas. “Nuestros rivales han estudiado nuestro juego y saben que el carril izquierdo es nuestro fuerte”, reconocía hace poco Patrice Evra a la FIFA. “Debemos tener cuidado con no llegar a ser previsibles. A veces, hay que saber hacer bascular el juego hacia la derecha, o bien que Franck (Ribéry) vuelva a la carga por el centro. Hay que variar en nuestros ataques”. Frente a los charrúas, no obstante, la cosa no funcionó.
A partir de ahí, antes del encuentro ante México, la cuestión sigue flotando en el ambiente. Se habla de Ribéry por el centro, de Malouda por la izquierda, de un regreso al 4-2-3-1… el misterio permanece en su totalidad.
En medio de este hervidero de elucubraciones, Malouda, en una entrevista concedida a la FIFA, sacó a relucir tal vez las verdaderas claves del éxito: “No creo que sea una cuestión de equilibrio entre la banda izquierda y la banda derecha. Nos falta sobre todo esa pequeña chispa que marca la diferencia; ésa que te sitúa ahí donde no se te espera. Está bien haber recuperado una cierta solidez atrás, pero ahora debemos asumir riesgos para ganar nuestros dos próximos partidos y quedar primeros de grupo”.
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